Noche de sorpresas
Ronald se encontraba acostado boca arriba en la que se había convertido ya en su cama, disfrutaba permitiendo que Milen llenara su boca de uvas, y el niño estaba más que feliz de hacerlo.
A su lado, Viktor redactaba una carta para su padre anunciándole que emprenderían el regreso una semana después y le tenía novedades. No podía evitarlo, se sentía nervioso, pero por nada del mundo renunciaría a Ron.
— Ya deja eso, ven a jugar con nosotros. —le pidió Ron con la boca llena de la fruta.
— Enseguida, solo dame tiempo de idear una forma para decirle a mi padre que nos fuimos dos y regresamos tres.
— Dile que te regalaron un pelirrojo muy sexy y no tienes más remedio que llevarlo a casa para evitar que tus anfitriones se sientan ofendidos.
— O... podría decirle que Milen tiene una nueva mascota.
Ron frunció el ceño fingiéndose molesto, pero ni así cesó de aceptar la fruta que Milen continuaba introduciendo en su boca. Viktor se rió, decidió terminar la carta después de la cena, ahora se le antojaba más un poco del sabor a uvas que Ron debía tener en sus labios. Dejó el pergamino junto a otros que tenía resguardados en un pequeño cofre cerrado con su magia personal.
— ¿Qué es eso? —preguntó Ron curioso.
Viktor le miró en silencio por un momento, dudaba si era buena idea abrir la boca, pero confiaba ciegamente en Ron así que sonrió sacando los rollos para desenvolverlos sobre la cama y así el pelirrojo pudiera mirarlos.
— Son los planes para recuperar la propiedad de una isla en el mar Negro. Era nuestra hasta hace unos cincuenta años y representa una gran ventaja en intercambios comerciales, debemos volver a tenerla pero no es tan fácil.
— ¿Porqué?
— El acceso es complicado, tienen un buen ejército resguardando toda esta área. —le dijo circulando un gran territorio entre Bulgaria y la isla.
— ¿Y porqué no buscar otro camino?... mira, si quieren despistarlos pueden dividir sus tropas e ir a esa área que has señalado, pero otros desplazarse hacia este otro territorio de acá, en el mapa aparecen montañas, buen sitio para pasar desapercibidos, cruzar este canal e incluso aliarse con Turquía y atacar por el este.
— No sé si Turquía esté dispuesta.
— Podría convenirle si le prometen facilitarle la isla como sitio de relevo para sus propios comerciantes, pero si eso no es factible entonces podrían fingir que pasan por sus territorios rumbo a Georgia, se podrían formar grupos pequeños que simulen ser peregrinos, no necesitan armas siendo magos y una varita se puede ocultar fácilmente. Este podría ser un punto de reunión... —agregó apuntando una bahía oculta entre peñascos—... y reorganizar el ejército. Unos más se deslizarían en barcos hacia ahí mismo, pero tendrían que ser barcos comerciantes que no despierten sospechas y después sirvan de transporte hacia la isla.
— Sí, es una posibilidad, mi padre me ha enseñado un hechizo que cambia la apariencia de las naves, pero se necesita de mucha magia, no conozco demasiados magos capaces de hacerlo.
— Bueno, habrá que buscarlos y que sean de confianza, no importa el tiempo, si quieres ganar tienes que sacrificar algo.
Viktor asintió de acuerdo con la idea, se giró hacia Ron sorprendido de haber propuesto una buena alternativa.
— No tenía idea de que te interesaba la milicia, Ronald.
— Oh, no es eso, a Harry y a mí nos gustaba jugar mucho cuando niños, y no es por nada, pero en cuestiones de estrategia no podía conmigo. —rió feliz de recordar esos buenos tiempos—. A veces creía que me dejaba ganar, Harry es bastante astuto para hacer creer a las personas que tienen razón cuando en realidad los acaba de convencer de hacer lo que él quiere, es un granuja con un corazón muy dulce.
— Lo vas a extrañar mucho ¿verdad?
— No tienes idea de cuánto.
La voz de Ronald se quebró, daría lo que fuera por no tener que separarse de Harry pero él mismo acababa de decirlo, para tener algo había que sacrificar algo más, aunque sabía que cuando llegara el momento sentiría que una parte de su alma se quedaría con su hermano.
Viktor comprendió su tristeza y no quería verlo así, iba a compensarle por aquel sacrificio amándolo con todas sus fuerzas y luchando con su vida por darle lo mejor del mundo. Guardó todo el trabajo, ahora era tiempo para demostrar cuánto le amaba, y aprovechando que Milen acababa de quedarse dormido se apoderó de sus labios besándole total y perdidamente enamorado.
El pelirrojo gimió feliz ¿Cómo no iba a poder entregar su corazón a quien le hacía sentirse especial? Y Viktor y Milen se habían convertido en su vida. Todavía le costaba creer que hacía tan poco tiempo creyó morir de amor por Hermione, seguía queriéndola entrañablemente, pero no podía compararse con la solidez de su relación con Viktor, y la inmensa ternura que le inspiraba Milen, un pequeño que ya amaba como si fuese su propio hijo.
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Demonios con corazón de azúcar
FanfictionEran dos almas solitarias buscando embaucarse el uno al otro. Sin embargo, sus artimañas quizá no sean tan eficaces cuando el corazón decide entrometerse. Snarry