Capítulo treinta y dos

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Richard.

No puedo dejar de llorar, las lágrimas salen y no tengo la intensión de detenerme. Sigo sin creerme lo que hace unos minutos vi, las camisas, las pruebas todo hacen que más lágrimas salgan.

Pasan unos minutos hasta que puedo controlarme y poder hablar con la mujer que tengo en mi regazo, la mujer en la crece mi hijo o hija.

—¿Cuándo te enteraste? —pregunto con la voz ronca.

Ella toma aire antes de hablar.

—El día que Celia estaba en casa fue porque le pedí una prueba que dio positivo, que por cierto ella tiene esa que está en la caja me la hice hace unas horas y fue un milagro que no saliera negativo. –se encoge de hombros—Ayer Keyra me dio el nombre de un doctor en el que Aria consiguió una cita, Thomas me acompaño hoy y me hice el examen el cual salió positivo.

—¿Fuiste sin mí? –digo indignado.

—Quería que fuera sorpresa y tú no eras una opción, me hice todo lo necesario para confirmarlo.

Asiento y la atraigo a mi pecho abrazándola antes de volver a hablar.

—¿De cuánto estas? –pregunto alejándome un poco para dejar un beso en su mejilla.

—Tengo ocho semanas. –dice sonriendo.

Hago cálculos y abro los ojos por la sorpresa y llevo la vista hacia su estómago.

—Son exactamente dos meses, Jenna.

—Créeme esa fue mi reacción cuando el doctor me lo dijo, pensaba que podía tener al menos tres semanas.

Con cuidado la levanto de mi regazo y la acuesto en la cama y me coloco a su lado y con lentitud le alzo la blusa amarilla que lleva puesta dejando al descubierto su abdomen. Y ahí es cuando noto que su abdomen no esta del todo plano, llevo mis labios ahí y dejo varios besos haciéndola reír.

—Hola pequeño o pequeña. –digo sonriendo.

Siento las manos de Jenna desordenando mi cabello y llevo mi vista hacia ella que me regala una de sus hermosas sonrisas. Me acomodo tal que quedemos cara a cara llevo mi mano a su mejilla y dejo caricias en ella haciendo que cierre los ojos y puedo detallarla mejor.

Sus mejillas están un poco más rellenas que hace unos meses, incluso gano unos pocos kilos en sus brazos y piernas eso si lo note. Ella abre los ojos y estos están brillosos haciendo saber cuan afortunado soy de tenerla a mi lado.

—Te amo tanto, Jenna.

Unas lagrimas caen de sus ojos haciendo que la atraiga a mi pecho y le susurre palabras cariñosas para que se tranquilice.

Después de unos minutos ella habla.

—Él doctor me dijo que mañana tenia que ir a hacerme una ecografía, ahí veremos como esta el bebe. Por eso hice todo esto, quiere que estes mañana a mi lado sosteniendo mi mano mientras vemos a nuestro hijo.

—Joder, claro que estaré ahí. Nunca me perderé de momentos como ese, no me separare de tu lado. Incluso cuando él o ella no ha nacido desde ya seré un padre sobreprotector.

—Solo te lo suplico que si es niña y llegue con su primero novio no harás la broma sobre la charla. –se lamenta.

Me rio porque cuando estamos pequeños siempre que salía con ella al parque su padre me daba "la charla" a la cual siempre me aguantaba las ganas de reír.

—No prometo nada, pero tratare de ser civilicidado.

—Eso sirve.

Los dos reímos y seguimos abrazados hasta que alguien toca la puerta con un poco de dificultad logro que Jenna se suelte de mí y camino hacia la puerta. Cuando la abro me encuentro con la sonrisa de Thomas que trae a Christian en sus brazos.

Destinos Cruzados - [BORRADOR] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora