Capítulo veintiocho

596 34 1
                                    

Richard.
28 de junio, 2023.

Los últimos días han sido una locura mis padres no me dejan ni mover un pie con la escusa de que me puede doler o molestar las costillas. Pero hace dos días el doctor me dijo que ya puedo hacer ciertas cosas sin ayuda de los demás, por eso en estos momentos estoy escuchando las escusas de mi madre para que no me mueva de la cama.

—Mamá. —la corto— El doctor me dijo que ya puedo moverme.

—No lo harás, Richard. —dice frunciendo el ceño— Te quedaras en esta cama mientras que yo te traigo la comida.

Y es en ese momento donde exploto. Siempre he odiado que me digan que puedo y no puedo hacer cuando ya estoy capacitado para hacerlo.

—Listo—me fastidio—Me tienen harto, no puedo ir solo al baño porque tú o papa están encima mío. Mamá estoy bien, un poco golpeado, pero bien. Quiero hacer las cosas yo solo y si necesito ayuda esta Jenna para que me ayude, ha pasado una semana creo que tu no has dormido ni cuatro horas seguidas. Así que, quiero que te vayas a casa junto con papá y se tomen un tiempo para ustedes, les agradezco que se preocupen por mi son mis padres, pero quiero tener mi espacio, quiero pasar tiempo con mi mujer sin tener a mis padres a una puerta de distancia.

Ella solamente me observa parpadeando varias veces. Antes de hablar.

—¿Estarás bien? —pregunta acercándose.

—Te digo que sí, tengo a Jenna conmigo, ella me cuidara. —la tranquilizo.

Asiente y me deja un beso en la frente.

Escucho como la puerta de la habitación que comparte con papá se abre y se cierra, segundos después la puerta de la habitación se abre y la cabeza de Jenna se asoma.

—¿Cómo te fue? —pregunta entrando por completo.

Se acerca a paso rápido y se acuesta a mi lado. Su cabeza se apoya en mi pecho con sumo cuidado mis manos le envuelven la cintura para sentirla más cerca.

—Creo que bien. Tuve que hacerlo, Jenna. —digo suspirando— Me sentía atrapado con ellos todo el día encima de mí, entiendo que se preocupen por mí que soy su hijo, pero también necesito mi espacio.

—Lo sé te entiendo, algunas veces los padres pueden ser así de pesados. Quieren hacer lo mejor, aunque no se den cuentan que están haciendo lo contrario. Han sido dos veces en las que creí que te perdía, primero ese maldito accidente de avión y ahora esto, fue el peor mes de mi vida no sabíamos nada de ti y cuando llego esa nota de Lina la esperanza volvió a mí.

—Te prometo que es la ultima vez que te asusto así. Creo que han sido pruebas en las que nuestro amor se ponía aprueba, nunca dejaste de buscarme, nunca te rendiste.

Levanta su cara y acerca su boca a la mía el sabor de sus labios es mi favorito más cuando come alguna fruta como la fresa y el sabor queda en ellos es como estar en el jodido paraíso.

Mis manos van a su cintura y la subo encima de mí, sus piernas quedan a cada lado de mí y no puedo evitar llevar mis manos a su trasero y apretarlo haciendo que suelte un gemido.

—No sabes las ganas que tengo de estar dentro de ti. De hacerte gemir como lo hago, necesito sentir como tu coño se aprieta a mi alrededor sentir el sabor de...

—Dios, si sigues hablando así harás que tengo un orgasmo ahora mismo. —dice jadeando.

Alzo un poco las caderas para que mi erección choque con su sexo a través de su pantalón de pijama haciendo que suelta un jadeo y abra sus ojos.

—No creo que pueda aguantar una semana más. —le digo dejando varios besos en sus labios.

—Solo son unos pocos días, después de eso podrás hacerme tuyas todas las veces que querías en las posiciones que quieras. —dice sonriendo.

Destinos Cruzados - [BORRADOR] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora