Destinos Cruzados - [BORRADOR] ✔️

Capítulo cuatro

Jenna

Mi hermano nos observa con el ceño fruncido.

—Max, se puede saber porque tardas tanto –la voz de mi mejor amiga suena en el pasillo.

Sophie aparece a la par de Max y cuando su mirada se dirige a nosotros su risa se escucha por toda la habitación.

—Vaya, parece que los interrumpiste en mal momento –le dice a mi hermano.

Max la vuelve a ver para después volver su mirada a nosotros.

—Que mierda esperas para quitarte de encima de mi hermana, Richard —dice con voz seria.

Eso nos hace reaccionar y Richard quita sus manos de mis muñecas sentándose en el borde mi cama apenado.

—Vamos Max. Déjalos en paz —le dice Sophie.

—Es mi hermana, duende —le dice a Sophie.

Pero a ella no le importa mi vergüenza porque se sigue riendo a carcajadas, Max hace algo que me sorprende. Agarra a Sophie por la cintura y se la hecha al hombro como un costal de papás.

—¡Maximiliano Jones más te vale bajarme! —le dice agitando sus pies.

—Ya no es tan gracioso, verdad –le dice riendo.

Salen de mi habitación entre risas, una parte de mi se alegra si al fin Max decidió tener algo con Sophie, pero otra parte de mi tiene miedo que mi hermano le de miedo llegar a más.

—Creo que debería irme.

Observo a Richard levantarse, lo sigo con la mirada observando como agarra su chaqueta.

Me levanto rápidamente y sin pensarlo me lanzo encima de él, mis brazos le rodean la cintura y mi cabeza le queda a la altura del cuello haciendo que la ponga en el hueco del cuello y el hombro.

—Gracias

Es lo único que puedo decir en estos momentos, siento como sus brazos rodean mi cuello y me devuelve el abrazo.

No debería de sentir estas ganas de que nunca más me vuelva a soltar.

Cuando creo que es suficiente me alejo y me atrevo a mirarlo, sus ojos tienen un brillo impresionante. Sus manos van a cada lado de mi cara.

—Siempre lo estaré, siempre lo estuve.

—Como cuando estamos pequeños —suelto una risa.

Me sorprende ver como una sonrisa se estira en su cara.

—Exacto —me besa la frente—. Nos vemos.

—Nos vemos.

Lo observo salir de mi habitación.

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03 de noviembre, 2018.

Han pasado cinco días desde la ultima vez que vi a Richard, solo hemos hablado por mensaje de texto diciéndome que los cuatro días pasados no me necesitaba. Así que siguiendo los consejos de mi mejor amiga estoy subiendo al despacho de Richard, mis manos sudan por el nerviosismo. Tomo varias respiraciones cuando las puertas del ascensor se abren. Cuando llego al escritorio de la secretaria de Richard no está, encojo mis hombros y decido entrar sin ser anunciada, cuando abro la puerta al instante me arrepiento.

Richard esta sentado en su silla con Natalie en su regazo. Sus bocas se mueven a un ritmo salvaje, las manos de ella desordenan su pelo negro.

Tuve que haber emitido algún sonido porque Richard despega su boca de la de ella y cuando me observa puedo ver lo sorprendido que esta. Inmediatamente se para de su silla ayudando a Natalie a ponerse de pie.

—Jenna –dice limpiándose su boca.

—Yo me retiro —Natalie hace intento de besarlo otra vez, pero él se quita.

Los dos vemos como sale de la oficina, vuelvo mi vista al hombre que tengo en frente y observo como se acerca rápidamente a mí.

Y antes de que se acerque más hablo.

—Debería irme yo también —le digo haciendo que pare en seco.

—No, vienes llegando —dice estúpidamente.

Veo como se debate en que decir, así que tomo su confusión para salir de su oficina, pero antes de que pueda salir una de sus manos cierra la puerta.

—No, no te vayas —dice detrás de mí.

Siento su aliento en mi oreja ocasionando que me den escalofríos, siento el calor de cuerpo. Y las últimas imágenes de mis sueño vuelven a mi mente, nosotros dos en algún lugar desnudos, con el dentro de mi y yo gimiendo su nombre. Sus embestidas son rudas, sus palabras son sucias accionando que me excite más. Sacudo mi cabeza para borrar esas imágenes. Pego un brinco cuando siento una de sus manos quitando mi cabello de mi cuello.

—No significo nada —dice posando una de sus manos en mi cintura.

—No me tienes que dar explicaciones —le digo tragando duro.

—No quiero malos entendidos.

Me doy media vuelta para quedar frente a él. Lo observo bien y puedo notar ojeras, pongo una de mis manos en su mejilla y el por inercia pega su frente a la mía.

—¿Días difíciles? —le pregunto suavemente.

—No te lo imaginas —dice agotado.

Quito mi mano de su mejilla y lo guía a uno de los sillones que están en su oficina, lo obligo a sentarse y me siento a la par de él a como puedo le quito su chaqueta haciendo que solo quede con una camisa blanca que se amolda bien a su cuerpo.

—Hubieras pedido mi ayuda —le digo un poco enojada.

—Quería que descansaras —dice haciendo su cabeza atrás.

Me rio un poco viendo como sus ojos se hacen cada vez mas pesados haciendo que se duerma.

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Aquí tienen un nuevo capítulo, espero les guste <3