Destinos Cruzados - [BORRADOR] ✔️

EXTRA II: Un beso con sabor Italiano

Celia.
Algún día del año 2010

Salir con mi grupo de amigo es genial, pero que hagan el tipo de comentarios homofóbicos sin intención me quitan las ganas de salir con ellos. Son buenas personas, pero desde que salí del closet y me declaré lesbiana este tipo de cosas pasan.

—¿Van a comer algo más? —nos pregunta la chica que nos atendió desde que llegamos.

—Por mi parte estoy bien —le sonrió amablemente.

Mis amigos piden papas extras y un poco más de refresco, mi teléfono vibra en mi bolsillo y cuando lo saco veo que es un mensaje de mi papá diciendo que ya está afuera.

—Chicos, tengo que irme —les hago saber.

Me despido de ellos y salgo de local de comida visualizo el BMW de mi padre, me monto en los asientos de atrás porque mi hermano menor está en el asiento del copiloto.

—¿Te divertiste, cariño? —mi padre me dirige una mirada por el espejo retrovisor.

—Claro —me encojo de hombros.

Aún siento la mirada de mi padre así levanto la vista y le doy una pequeña sonrisa, pero no me siento bien mintiéndole a mi propio padre.

Escucho como mi padre suspira y se concentra en la carretera, hace unos días les comenté a mis padres que quería ir a estudiar a Italia leí algunas becas sobre la carrera que quiero estudiar. Se lo comente a mis padres, pero no están todavía convencidos del todo.

—Tu madre y yo estuvimos hablando sobre lo de tus estudios en Italia —eso llama mi atención­­—. Llegamos a la decisión de que vayas a estudiar.

La felicidad que siento en estos momentos no me deja reaccionar pasan unos segundos hasta que sonrió y proceso la noticia.

—Gracias, papi —me hago hacia adelante para darle un beso en la mejilla.

—Shhh —me dice que haga silencio y señala hacia Richard.

Y es cuando noto que mi hermano esta dormido.

Italia allá te voy.

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Febrero, 2013.

Milán, Italia.

Mis pies duelen de tanto caminar llevo tres años en Italia y todavía no me acostumbro a comprar todo tipos de cosas acá. Solamente me falta un año para terminar mi carrera y estoy feliz, ser trabajadora social es algo que siempre ha llamado mi atención. Acá en Italia había un programa en donde podía sacar la carrera en cuatro años.

Mi teléfono vibra en mi bolso anunciando un nuevo mensaje cuando lo saco veo que es un mensaje de Leila preguntándome si quiero ir a su casa. Veamos Leila es una brasileña que estudia en la misma Universidad que yo, está sacando la carrera de Psicología. Nos enrollamos un parte veces fue placentero para ambas partes, pero no algo que llegue más allá del sexo.

Le contesto diciéndole que no puedo ya que tengo un proyecto que terminar para mañana, tiro mi celular a la cama y voy hacia el baño me ducho rápidamente, cuando estoy con ropa limpia me dispongo a hacer el trabajo.

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Algún día en marzo, 2013.

El aula se encuentra vacía cuando entro o eso creo hasta que visualizo una silueta al final de las bancas, es una chica. Es la asistente del maestro Bianchi.

—Disculpa —le digo llamando su atención.

Y cuando levanta su cabeza me quedo sin aire, nunca había visto una cara tan preciosa como la de ella y el movimiento hace que una parte de su cabello negro le cae en la cara.