Destinos Cruzados - [BORRADOR] ✔️

Capítulo veinticinco

Jenna.

Me levanto cuando siento la ausencia de Richard a mi lado me cuesta un poco adaptarme a la poca luz que hay en la habitación. Escanea la habitación, pero no hay señales de Richard solamente esta Thena dormida en una esquina supongo que subió hace poco.

Me levanto de la cama y me dirijo al armario agarrando unas bragas y una pijama. Cuando estoy vestida agarro mi celular y me meto en la aplicación que usamos para manejar las luces de la casa. Una a una de las luces se va encendiendo y puedo ver el celular de Richard en la mesita de su lado.

—¿Richard? —lo llamo en la puerta del baño.

Nada.

Extraña salgo de la habitación y camino hacia su despacho en esta planta y nada.

—A como sea una de sus bromas, lo castro —me digo entre dientes.

Bajo por las escaleras y veo la puerta abierta.

Mi corazón late rápidamente cuando me acerco y veo solamente la soledad de la noche. Me adentro y cierro la puerta mis manos tiemblan cuando reviso las cámaras de la casa y mis piernas tiemblan cuando veo una grabación.

Estuvo aquí.

Estuvo aquí y se llevó a Richard.

Y es en ese momento cuando noto un movimiento detrás de Richard. Cuando cae por el impacto de algo estrellándose en su cabeza puedo ver a la persona detrás de él.

Lina.

Su maldita ex novia esta con Taylor. Lo ayudo a secuestrar a Richard.

—No, no, no —digo repetidas veces.

A como puedo salgo de la aplicación para llamar a Max, mis manos no dejan de temblar cuando llevo mi celular a mi oreja. Mi cuerpo empieza a temblar sin parar y no puedo controlarlo.

—¿Jenna? —la voz de mi hermano suena soñolienta.

—Se lo...se lo llevaron —logro decir.

Escucho el sonido de algo siendo encendido antes de que Max vuelva a hablar.

—¿De que estas hablando Jenna?

—Taylor se llevó a Richard —el nudo en mi garganta crece más— Se lo llevaron.

Y es cuando no aguanto más y exploto.

Mis piernas me fallan y caigo de rodillas en medio de pasillo mis manos no me responden haciendo que el teléfono caiga al suelo con un ruido sordo. El llanto no tarda en llegar junto con el grito que sale de mí. Nada en mi responde no puedo moverme más gritos salen de mí.

—¿¡Por que!? ¿¡Por que no podemos tener paz!? —digo entre sollozos— ¿¡Por que no puedo ser feliz con el hombre que amo, maldita sea!?

No dejo de llorar hasta que siento que alguien toma mi rostro. La esperanza de que sea Richard se va cuando veo el rostro de mi padre.

—Mi niña. —me dice abrazándome.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que llame a Max una hora supongo, no le contesto. Simplemente me mantengo en silencio cuando mi padre me levanta en sus brazos. Solamente veo a los que están a mi alrededor.

Max, mamá, Alex Di Blackson, incluso Isaak.

El camino hacia arriba es silencioso.

Mi padre me deja con cuidado en la cama y yo me hago un ovillo pegando mi cara en la almohada que usa Richard para respirar su olor.

Minutos después siento la cama hundirse.

—Cariño, hay un oficial que ocupa hacerte unas preguntas. —dice mi padre.