Cardigan

Susurran en los pasillos ella es una chica muy mala

- Okay ¿qué fue eso? - preguntó Dominic.

James no prestó atención, no podían culparlo, allí en frente estaba la personificación de la belleza.
Y que belleza.
Su cabello platinado, sus ojos, su piel se veía tan blanca, y esos shorts, dios santo, a este paso no sabía donde iba a ir a parar.

- ¿Qué cosa? - preguntó, de repente cuando recordó que Dominic le había hablado.

- Estabas coqueteando con Betty - respondió Cameron.

- Si, muy descaradamente - completó Dominic.

- ¿Qué? No, no se confundan, ella es agradable y me cae bien, eso es todo - respondió.

Y realmente eso era lo que pensaba, Betty era muy bonita, muy agradable, se sentía como un respiro de aire fresco, pero eso era todo.
Él pensaba que podían ser muy buenos amigos, pero no pensaban en nada más que eso.

- Claro que si, yo no voy a decirte nada, en su momento ya te advertí cual es el problema de involucrarse con Betty, bueno, lo viste por ti mismo, a Allison - dijo Cameron.

- ¿La que se metió entre Jake y yo?

- La misma - respondió Dominic.

- No es la gran cosa, solo es presumida - respondió James.

- Detuvo a Jake - respondieron al unísono Dominic y Cameron.

- Yo no la subestimaría - dijo Dominic.

- Subestimarla o no, no es mi problema, Betty y yo solo somos amigos - respondió James.

Veía como Augustine se movía de un lado para otro junto con otra chica tratando de hacer filas, al parecer eran porristas o algo así.

- ¿Y esas chicas de allá que? - preguntó James.

- Sabía que no nos estabas prestando atención, pero no creí que un par de shorts fueran suficientes para distraerte - dijo Dominic - Son porristas, esas dos de allá están a cargo, la morena es Tara, la capitana, y la rubia es Augustine, la cocapitana.

- Bien ¿y qué hay de Augustine? - preguntó James.

- ¿Por qué o qué? - preguntó Cameron con los ojos entrecerrados y cruzándose de brazos.

- Solo preguntaba - respondió James.

Dominic sonrió levemente - Claro que si.

James le dio una mirada acusadora, últimamente sentía que había entrado demasiado en confianza con él, se comunicaban con miradas, asentimientos de cabeza o simplemente ya sabían lo que el otro quería decir.
Era extraño, pero James se sentía bien con eso, por fin eran amigos.

Cameron saludó a alguien a lo lejos y solo bastó con ver como la expresión de Dominic caía para saber quién era.

- Aquí vamos de nuevo - suspiró Dominic.

- No sé que decir ¿fuerza? - dijo James riendo.

- A este paso siento que voy a enloquecer - respondió.

- No se te nota - dijo James.

Y ahí estaban Cameron y Asami caminando juntos, parecían llevarse bien, hablaban mucho, él llegó junto a ellos y la presentó.

- Dominic, James, ella es Asami, mi novia - dijo Cameron.

James fingió no escuchar como algunas chicas empezaron a murmurar, por supuesto que lo harían, Cameron jamás había tenido novia.
Pero lo que realmente admiraba era como Dominic dio una sonrisa, la saludó e hizo algunos chistes sobre Cameron, era impresionante, él jamás podría fingir que alguien no le gustaba, y encima llevarse bien con la novia de la persona que te gusta.
Así que sólo habían dos opciones, o Dominic era un excelente mentiroso o tenía doble personalidad.

Cameron se alejó nuevamente con Asami, y subieron a las gradas para sentarse, Dominic prefirió quedarse a mirar y James entró a la cancha.

Hicieron el típico calentamiento, un poco de estiramiento, corrieron un poco, y ahora estaban en filas para recibir las indicaciones.

- Como saben, vamos a escoger a los nuevos miembros del equipo, vamos a dividirlos en dos grupos, van a jugar, mientras los entrenadores y yo estaremos observando, y decidiremos - dijo el que parecía ser el profesor de educación física.

Todos asintieron, se alistaron en posiciones, un equipo jugaba con el uniforme de entrenamiento y el otro equipo tenía encima un chaleco de color amarillo que los ayudaba a diferenciarse.
Luego de oír el silbato, el partido empezó.
James estaba jugando en el lateral izquierdo, trataba de dar y recibir pases, apoyando a sus compañeros, y defendiendo cuando fuera necesario.
Podía sentir a las personas gritar en las gradas, se dijo a sí mismo que debería concentrarse.
El delantero principal del equipo contrario avanzaba a gran velocidad, acompañado de los laterales, James decidió marcar a uno de ellos y enviar un pase al centro.
Su compañero que recibió el pase fue contundente y se escuchaba como todos gritaban ¡Gol!

Reanudaron el partido, pero uno de los compañeros que defendía se había descuidado, y ahora estaban empatados.

James se puso aún más presión encima, y decidió encarar el juego, recibió el balón del mediocampo, dio un pase al lateral derecho y corrió a toda velocidad, el lateral derecho dio un pase al central y este pateó al centro, pero uno del equipo rival desvió el balón con el pecho.
Sin embargo, James era aún más rápido, él estaba cerca del jugador del equipo rival, así que cabeceó el balón y ¡Gol!

Escuchó como todos empezaron a gritar, se sentía demasiado eufórico, no podía creer que había anotado un gol, él había jugado antes como pasatiempo, nunca en serio.
Sentía que alguien lo miraba fijamente, se dijo a si mismo que tal vez eran sus amigos, entonces volteó para saludarlos.
Pero se encontró con esa mirada de ojos penetrantes, ella lo estaba mirando y no disimulaba para nada.
Augustine le dio una sonrisa mientras elevaba uno de sus pompones de porrista.
¿Ella quería jugar así?
James le devolvió la sonrisa y le guiñó un ojo.
Tal vez aún no habían ganado el partido, pero James había ganado mucho más que eso.

Quince minutos después el partido había terminado, el equipo de James había ganado.
Algunos chicos estaban tomando agua, otros se sentaron en la banca y otros estaban hablando con el entrenador.

James solo se quedó a un lado en la cancha, estaba sudando muchísimo, su remera estaba completamente mojada y le molestaba demasiado, y encima sentía que estaba empezando a oler mal.
Era lógico, había corrido durante 45 minutos, por supuesto que iba a sudar y oler mal.
Se quitó la remera, y mojó su cabello con un poco de agua de una botella que encontró cerca.
James nunca había sido demasiado seguro de su cuerpo, sabía que no estaba totalmente tonificado y con un six pack, pero también sabía que su cuerpo estaba bien, no había nada de que sentir vergüenza.

- Ese fue un gran partido, te luciste - escuchó una voz femenina.

Y que se lo tragara la tierra y le escupiera en cualquier lugar del mundo, ahí estaba Augustine hablándole, estaba ella y la otra capitana de las porristas.

- Gracias hice lo mejor que pude - sonrío.

- Yo creo que más que eso - dijo Augustine mirando su rostro y luego su mirada solo siguió bajando.

- Pero creo que fue porque ustedes nos estaban apoyando - dijo James.

- Si, puede ser - sonrío también Augustine.

- ¿Y con quiénes tengo el gusto? - preguntó James como si no supiera su nombre de memoria.

- Yo soy Augustine, cocapitana de las porristas y ella es Tara, la capitana - dijo señalando a su amiga.

- Un gusto a ambas.

- Vinimos a saludar a mi novio, el capitán del equipo, pero queríamos felicitarte también, es casi seguro que entras- dijo Tara.

- Yo diría que es completamente seguro - dijo Augustine - En fin, un gusto James, espero que volvamos a vernos - dijo tirando un beso al aire.

James trató de fingir que no estaba festejando por dentro, el equipo no podía importarle menos, le había hablado ¡ella le había hablado!