Normalmente cuando te mudas a una nueva ciudad, lo primero que haces es salir y conocerla, observar a las personas que viven allí, hacer nuevos amigos.
Sin embargo, nada de eso estaba pasando. Desde que había llegado a la ciudad con su madre, estaba bajando y acomodando las cajas, sin un solo minuto de descaso.
Sus cabeza estaba llena de pensamientos sobre lo que llegar a esa nueva ciudad implicaba, él tendría que empezar de cero, conocer a los demás y darse a conocer, tenía muchas expectativas sobre la preparatoria, sobre el barrio, se preguntaba una y otra vez si allí los chicos serían agradables o serían un montón de idiotas, o en el peor caso, pandilleros, rogaba internamente que no fuera lo segundo.
Él no estaba para nada de acuerdo con la mudanza, cuando su madre se lo dijo se puso furioso.
¿La razón de la mudanza?
Era algo sencillo de explicar, la relación de sus padres estaba acabada, ellos no podían mirarse sin gritarse y arrojarse cosas, pero no era como si eso le afectara, eso no significaba un trauma para él, estaba acostumbrado a no recibir atención por parte de sus padres, es más, le gustaba que no lo molestaran.
Sin embargo, eso no justificaba el hecho que había tenido que dejar toda su vida atrás por cosas que ellos no podían solucionar, era demasiado injusto para él.- James, te he estado llamando desde hace diez minutos ¿No piensas venir? - gritó sus madre llamándolo desde la cocina de la casa.
James suspiró, diciéndose a sí mismo que una discusión con su madre era lo peor que podría hacer, reunió toda la paciencia posible y se dirigió a donde estaba ella.
- ¿Y ahora qué? Aún no he terminado de bajar las cajas y me estás llamando de nuevo - reprochó al encontrarse frente a ella.
- Sólo te llamaba para que vinieras a comer un poco de tarta, nos la enviaron los vecinos de la otra calle, parecen ser personas muy agradables - sonrío su madre.
Ella era un señora muy exigente en todos los aspectos, trataba de llevarse bien con todos y se preocupaba mucho por mantener una imagen perfecta de sí misma, lo cual contrastaba mucho con James, a quién no le importaba la opinión de la gente ni ser perfecto, ni nada, trataba de lucir bien, pero eso era todo.
James sólo asintió, su miraba vagaba por la cocina, no le gustaba, era muy pequeña en comparación a su antigua casa, nada de allí le agradaba.- Deberías pasar por ahí y agradecer, se nota que son buenos vecinos - dijo su madre tratando de llamar su atención.
Pero James ni siquiera asintió esta vez, ahora estaba inspeccionando el pasillo, según lo que él recordaba, su habitación estaba arriba, sería un gran dolor para su espalda subir las cajas hasta ahí.
- ¡James! - interrumpió su madre alzando la voz. - Estoy tratando de tener una conversación aquí pero ni siquiera estás escuchando, no sé por qué me esfuerzo, eres igual a tu padre, nunca escuchas.
James rodó los ojos, estaba bastante cansado de eso, que si caminaba, caminaba como su padre, que si no lo hacía, era un flojo como su padre, que si respiraba, por dios, los insultos de padres divorciados eran de lo peor. Así que miró a su madre dándole a entender que la escucharía.
- Te estaba diciendo que quiero que vayas a la casa que está al final de la otra calle y agradezcas por la tarta, buscaré algunas galletas para que las lleves - habló su madre con tono normal, como si no estuviera gritando hace algunos minutos.
Su madre lo miró fijamente y soltó un suspiro, podía entender por qué James estaba de tan malhumor, esto de la mudanza tampoco era fácil para ella, pero era lo mejor para ambos, tarde o temprano él debía entenderlo.
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Cardigan
Teen FictionBetty, no haré suposiciones de por qué te cambiaste de aula, pero creo que es por mi culpa. Basado en la canciones Cardigan, Betty, August, Illicit Affairs de Taylor Swift