Creeras que Dios es una mujer

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Durante el corto trayecto a la preparatoria trató de no hablar demasiado y no prestar atención a lo que dijeran Betty y Lilly. Estar con ellas lo había distraído, aún se sentía algo desanimado por las emociones que no podía apagar, estar con Betty lo hizo sentirse un poco menos peor, pero aún no era suficiente.

- Bien, llegamos, nos vemos en casa - dijo Betty bajando de la camioneta y despidiéndose de Lilly.

- Adios, gracias - dijo James ignorando la cara de pocos amigos de Lilly.

- ¿Y ya sabes que sección te toca o debes averiguar? - preguntó Betty

- Me llegó un correo sobre eso, me toca la sección D - respondió James mirando la entrada de la preparatoria.

- Oh, no nos toca en la misma sección, yo estoy en la C, si no te adaptas no dudes en venir conmigo - dijo Betty sonriendo y yendo hacia otro lado.

Alzó la vista y el lugar se veía como cualquier otra preparatoria, un monto de gente caminando hacia la entrada, una puerta gigante en la entrada, lo único que llamaba la atención en el lugar eran los colores de lo que parecía ser el equipo de fútbol.
Había banderines de color rojo y blanco por todo el lugar, y en una de las paredes se apreciaba un logo el cual constaba de un tigre blanca mostrando los dientes, lo cual supuso que era del equipo de fútbol, eso llamó su atención, nunca había estado en ningún equipo, pero esta vez si le interesó.
Siguió caminando y notó muchas miradas sobre él, pensó que era normal, Cam le había dicho que el pueblo era pequeño y todos se conocían entre todos, así que era muy fácil reconocer cuando alguien era nuevo.
No conocía el lugar, pero con algunas señales que estaban pegadas a la pared llegó a recepción.

- Buenos días, soy James, soy nuevo, vine a buscar la llave de mi casillero - dijo mirando a la recepcionista.

Era una mujer regordeta de cabello rojo y gafas de marco negro grueso.

- Buenos días, esta es la llave de tu casillero, se encuentra en la fila de la derecha del otro pasillo, este es tu horario de clases, estás son las materias y en método de evaluación de los profesores y esta es una pegatina del equipo de fútbol, bienvenido James - dijo sonriendo.

Él solo se despidió asintiendo la cabeza y agarró todo tratando de encontrar su casillero.

- Hoooola James - dijo Cam efusivamente mientras llegaba junto a él.

- Hola, ¿no que no iba a poder encontrarte por aquí? - preguntó riendo.

- Es cierto, es difícil encontrarme aquí, pero me apiade de ti y decidí presentarte a algunos amigos, a propósito ¿que estás haciendo?

- Estoy buscando mi casillero.

- Lo buscas después, andando - dijo Cam arrastrándolo.

Llegaron hasta un grupo de chicos que estaban en ronda hablando frente a un casillero, tenían abrigos del equipo de fútbol, rojo y blanco, algunos de ellos con jeans, otros con pantalones deportivos.

- Hey, hola, este de aquí es James, es su primer día aquí, no conoce a nadie, por favor háganle compañía - dijo Cam empujándole hacia el frente.

- ¿Qué hay? - preguntó James en forma de saludo.

- Hola, yo soy Philip, ese de ahí el moreno es Andrew, el castaño es Drew, el de pelo negro es Dave -dijo Philip señalando a cada uno, era rubio y alto, construido como un tanque, muy imponente, todo músculos por donde lo vieras.

"Hola" dijeron todos en coro, empezaron a hablar de donde venía James, si jugaba fútbol, en qué salón le tocaba ir, si le interesaba entrar al equipo, la charla era bastante fluida, le cayeron bien al instante, hasta todo el lugar quedó en silencio y todos los que estaban allí miraron en una misma dirección, por lo que James también decidió hacerlo.
Él no debió hacerlo.
Con una entrada triunfal, digna solamente de alguien que era increíblemente importante avanzaba por el pasillo lo que James pensó que era la persona mas hermosa que había visto nunca. Era alta, de un cabello platinado y corto moviéndose con un viento que ni siquiera había antes, ojos celestes, una nariz respingona con un piercing en forma de argolla, labios pintados de negro, un montón de cadenas de plata en su cuello, un vestido gris que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, abrazaba su cintura de una manera que no dejaba nada a la imaginación, y sus piernas, maldición, estaban cubiertas por medias red negras solo para terminas con botas al tobillo con cordones.
¿Qué demonios era eso? Jamás había visto algo así.
Y si todo ese cuerpo no era suficiente, su mirada era increíblemente seductora, ella sabía que todas las miradas estaban sobre ella y jodidamente lo estaba disfrutando.

- ¿Que pasó James, te comió la lengua el gato? - dijo Drew riendo.

Los demás también siguieron la risa de Drew, y de a poco salió del estado de trance.

- Esa hermosura de ahí es Augustine, es inigualable, pero yo que tú sería más inteligente, es una perra - dijo Andrew.

A James esas palabras le golpearon en la cara, jamás había escuchado a nadie expresarse así de una chica, una botón rojo de alarma empezó a parpadear en su mente diciéndole que estos tipos no eran buenos.
Pero se dijo a sí mismo que debí calmarse, no conocía a nadie más, hasta que pudiera hacer amigos, estos tipos eran todo lo que tenía.
Pura mierda.

- Wow, con con calma Andrew, vas a espantarlo, digamos que Andrew aún está enojado con ella - dijo Phillip tratando de poner orden en el lugar.

- ¿Quien es? - preguntó James.

- Como escuchaste antes, se llama Augustine, y si hay algo en lo que Andrew tiene razón es en qué debes cuidarte de ella, es una rompecorazones por excelencia, ella disfruta de eso - respondió Phillip.

- Pero no te espantes, todos reaccionamos como tu la primera vez que la vimos, cuando yo la vi, estaba seguro de que Dios era una mujer y era ella - dijo Dave.

Y le pareció que Dave tenía toda la razón del mundo, Dios era una mujer, y era ella, carajo, ni siquiera sabía que las chicas podían verse así.

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