El primer amor idealizado.
Lo fue la sensación sublime de tus besos, aquellos que causan siempre una reacción en mí.
Lo fueron las palabras envueltas en caramelo y alcohol que hicieron a mi conciencia salir de su órbita.
Lo fue la emoción y felicidad de saber que te vería, las mariposas; ahora agonizando, revolotearon a causa de tu presencia.
Primero...
Lo fueron tus manos, cálidas y ásperas, tan posesivas y delicadas a ratos. La fricción entre tu piel y la mía, los fugaces suspiros y los tardíos "te quiero" que solo conseguían ser un "yo también".
Lo fue el extasis de cada madrugada, el inmenso deseo hacia tu persona, las infinitas ganas de ser tuya.
Primero...
Aquel tropel de sensaciones de irrealidad que dejabas con esa lejanía tan característica de ti. Los pinchazos cual espinas en la dermis, ligeros, pero profundos.
Lo fuiste tú, ábriendote paso en el maremoto de sentimientos agridulces, en el caos que tú mismo, con mi permiso, construiste.
Las primeras averías en mis lagrimales, las primeras inundaciones como resultado, con una amenaza de ahogarme, sin forma de socorrerme a mí misma.
Primeros...
Los encuentros casuales solo con un fin, la incompatibilidad de tus razones y las mías, y sin embargo obteniendo el mismo resultado: el mismo deseo abrasador.
Lo fue el vacío que dejabas cada mañana, el patrón de amarte cada madrugada y llorarte a la noche siguiente. Lo fue el derecho que te di sobre mi cuerpo. Lo fue el dolor al que yo misma di invitación.
Primeros...
Los diminutos latidos que sembraste en mí, la incertidumbre de no saber si estos desaparecerían mañana, la ambivalencia de esa pequeña invasión en mi interior.
Primera...
La efímera felicidad, la intermitente agonía, la interminable espera de algo que nunca llega, la amarga resignación y la conciencia de saber que algo falta... que alguien falta.
El primer desamor.
Fuiste y seguirás siendo el primero.
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🥀 - Cafeína para el papel. ° . - I
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