Lanzaste tu soga sin conocer el terreno árido, desconocido y falto de cualquier señal humana. Pediste socorro sin tantear aquel lugar y sus peligros.
Sé que clamabas por ayuda real, pero quién te sostuvo nunca ha sabido cuál es el significado de lo real.
Tan débil, tan frágil, fue imposible arrastrarte a la superficie sin romperse a sí misma en el intento.
Quizás egoísmo, quizás incapacidad o inexperiencia, pero fue más fácil solo conseguir grietas, y con ello abandonarte en lo profundo de tu autodestrucción. Se convirtió en espectadora de una puesta en escena que no tiene gracia alguna. Se convirtió en presencia invisible por pensar solo en sí. Por dejar a la deriva a quien relacionó con la palabra "amor".
Solo se dedicó a mirar sin atisbo de desviar el camino que muy en el fondo querías dejar. Como una sombra negra, alimentándose de la miseria ajena.
Hizo oídos sordos a tu llamada de auxilio, cerró los ojos para ignorar tu manera de agonizar y decidió marcharse dejando tu silencio atrás.
Sí, fue egoísmo, no inexperiencia ni mucho menos incapacidad. Sencillamente egoísmo supliendo afecto. El lobo disfrazado de oveja. Te acercaste sin desconfianza alguna y la mordida fue letal.
Querías conseguir equilibrio para atravesar la cuerda floja como una etapa de tu vida y ella cortó uno de los extremos haciéndote caer de bruces.
Te dejaste engañar por un modelo defectuoso bien pintado.
Lanzaste tu soga deseando que algo o alguien la sostuviera con fuerza, deseando encontrar compañía sincera, pero la sostuve yo, y mis manos quemaron tanto que con facilidad inhumana te solté. Te dejé caer.
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🥀 - Cafeína para el papel.
° . - I.
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