No, no lo sabes, y nunca lo sabrás.
Te disfrazas de verdad y lealtad. De esperanza y moral. Pero no lo sabes, lo mucho qué me dolió perderlo, nunca lo entenderás.Su presencia vuelta hemorragia, la vida y la muerte a poca distancia.
Células multiplicadas, la búsqueda de algo real que nunca se halla. Nunca acaba.En abril concebi y en junio perdí.
Solo faltaban siete meses más para poder ser feliz, pero era de esperarse que no debía quedarse aquí, para mí y mucho menos para ti.¿Así es cómo se siente que el mundo se te caiga encima?
El sufrimiento y condena que nunca terminan.
Dime, ¿Qué tan putrefacta debes tener el alma para haber querido acabar con su vida?
Ahora solo me quedan escombros de aquel sueño que pensé, algún día pasaría. Aquél que me daría alegría, pintaría de rosa mis pesadillas, lo nublado de mis días.¿Y sabes? Siento culpa en verdad. Todo se rompió a causa de mi inutilidad, mi fragilidad y al mismo tiempo terquedad.
Todo fue culpa mía, no merecía aquél amor en realidad.
Y ahora solo puedo pensar que yo fui quien acabo con su pequeño existir, apagué aquel diminuto núcleo carmesí, y es que de esa forma, tú ya puedes ser finalmente y realmente feliz.
Ya no hay ni habrá nada que te haga volver aquí, al infierno en el que me convertí.¿Qué tan putrefacta debo tener el alma como para, por un momento pensar más en ti que en él?
Y lamentablemente cuando pude reconocer que no estaba bien, ya había perdido a mi bebé.
Un estúpido accidente, recordando lo infeliz que debo ser.
Producto de mi estupidez y de esa manera te he dejado libre esta vez. Por siempre.¿Así es cómo se siente que la existencia se te haga trizas?
Terminar de pisotear un corazón que ya no latía.
Porque no imaginas lo qué yo sentí.
Y mientras tú ya le encontraste con ella, sentido a tu vida, jamás podrás entender y vivir, lo qué yo perdí.
Porque tú no perdiste absolutamente nada, yo síCafeína para el papel. 🥀
Isa.