Una rara enfermedad ha terminado con la vida de la mayoría de los niños y niñas del mundo.
(O eso es lo que Katsuki Bakugo creía)
Bakugo a sobrevivido, pero a perdido mucho más que aquellos a los que él cree muertos.
Fue enviado a Yunitto731, un bru...
Katsuki no tardó en aprender que su vida se vería sumergida en una constante batalla. Apenas llevaba un día en Yunitto731, sin embargo fue inscrito en el programa de entrenamiento del lugar.
-¡Bien! -habló el instructor Chisaki, llamado la atención de todos los presentes -Escúchenme con atención pequeños fenómenos, están aquí para aprender a luchar y defenderse. A diferencia del viejo loco Garaki, a mi no me agradan sus estúpidas habilidades-
Katsuki miró a su alrededor, unos veinte niños se encontraban en ese gimnasio, aparentemente de su misma edad, el miedo se veía reflejado en sus miradas. Un niño de cabello negro y ojos rojos trataba de mirar hacia adelante, mientras unas lágrimas resbalaban por sus mejillas.
-El entrenamiento será duro- continuó hablando el instructor- Pero lograrán aprender cómo actuar en misiones reales, lucharán hasta que el enemigo sea derrotado o ustedes mueran en batalla. Le jurarán lealtad a este país y velarán por el bienestar de su gente, siéntanse afortunados de vivir-.
De atrás del instructor, apareció un hombre mayor, con anteojos, sin cabello y con un gran bigote. Kyudai Garaki, se presentó como el médico a cargo del lugar.
A través de un breve discurso, el hombre repasó lo que sucedió en el país y en el planeta a causa de los Kosei. -Esta extrañas enfermedad a causado que miles de bebés nazcan con apariencias extrañas, pero más allá de eso, millones de niños han muerto a lo largo del mundo al cumplir los cuatro años de edad, sin embargo unos pocos, como ustedes han logrado sobrevivir adquiriendo habilidades sorprendentes-
El instructor volvió a dirigirse a los presentes. - Sus peligrosas habilidades no les permiten vivir una vida cotidiana, como la mayor parte de la población, es por eso que entrenarán duro y se convertirán en agentes de seguridad para nuestra nación-.
Luego de seguir la agotadora rutina de entrenamiento impuesta por el instructor, los niños salieron del gimnasio escoltados por aquellos hombres de uniforme militar. Se les asignó un número a cada uno, Katsuki observó su uniforme, <<895>>.
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Sin duda el entrenamiento fue difícil, día tras día el rubio sufría nuevas lesiones a causa de su instructor, era obligado a correr durante horas, pese el frío o la lluvia, debía luchar contra sus compañeros, sin importar que no quisiera seguir, no podía detenerse hasta que el mayor se lo ordenaba. Chisaki era duro con todos, pero en especial con él.
Un día, cuando Katsuki ya no quería seguir golpeando a su compañero, el instructor se acercó a él y con una voz calmada le habló. -Este es el camino que debes seguir mocoso, deja de pensar en los demás, olvida esas estupideces que los demás llaman sentimientos, tienes un talento natural para triunfar en este mundo, dime... ¿Prefieres ser el cazador o la presa?-
Las palabras de aquel hombre resonaron en la cabeza del pequeño. Él no quería ser la presa de nadie, debía ser fuerte. Él sería un cazador, sería el mejor, sin importar que tuviera que hacer ni sobre quien tendría que pasar.
Lanzó una explosión, golpeando a ese niño, sin importar que este ya estuviera inconsciente, continuo golpe tras golpe. Mientras Chisaki veía la escena de forma orgullosa. -Bien hecho muchacho- habló el mayor. -Sin duda te convertirás en el número uno-.
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Desde ese momento Katsuki Bakugo dejaba de existir. Él ya no era parte de la sociedad, desde ahora era un soldado que se encargaría de cuidar el futuro de su nación, bajo las sombras, sin importar que o quién se interpusiera. Él cumpliría su cometido.
Después de todo, para triunfar en este mundo y sobrevivir a esa salvaje vida, debía ser frío.
