Capítulo 6: Dudas

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Brillaban los primeros rayos de sol cuando salieron de Yunitto 731. Ambos vestían sus respectivos uniformes, el rubio portaba sus pantalones negros, chaqueta con capucha y la mascarilla que utilizaba en sus misiones. Por su parte, el pelirrojo vestía pantalones negros, chaqueta roja y una especie de bozal negro (según él, este le daba una apariencia más agresiva).

Sin embargo, la apariencia del pelirrojo era muy distinta a su personalidad, emocionado observaba todo a su alrededor, era su primera vez fuera del lugar, desde que había ingresado junto al rubio.

Cuando estuvieron lo suficiente lejos para ya no observar los altos muros, Kirishima respiró profundamente y disfrutó del paisaje a su alrededor, era maravilloso oír los pájaros cantar y observar los árboles. Los botones de los cerezos indicaban el comiendo de la primavera.

Siguieron avanzando, tenían un largo camino que recorrer.

El silencio no le agradaba al de dientes afilados, así que decidió comenzar una conversación. -¿A donde debemos dirigirnos?, la verdad ni siquiera sé a donde estamos je je je -

-Al Este, hacia Shiga- respondió secamente el capitán de esa misión. -Ahí es donde se le vio por última vez a ese tipo-

-¿Este?, bueno entonces supongo que estamos en la prefectura de Kyoto, aunque podría ser Hyogo o incluso Okayama. ¡Ahh!, ¡¿Por que no puedo saber nuestra ubicación exacta?! - Hablo exasperado el pelirrojo.

-Sabes muy bien que la ubicación de  nuestro campo es clasificada- respondió el rubio mientras seguía caminando.

-Lo sé, lo sé. Solo altos mandos pueden saberlo, y tú. Su mejor guerrero-  Continuo hablando mientras sacaba la foto del objetivo - Si este chico tiene aproximadamente nuestra edad, quiere decir que es uno de los sobrevivientes y tiene un Kosei, como nosotros. ¿Sabes cuál es su nombre? O ¿Qué fue lo que hizo?-

-Es un científico y es lo único que nos interesa. Solo debemos cumplir con la misión- Respondió el superior mientras quitaba aquella imagen de las manos del otro.

Había algo en el rostro de esa fotografía, algo que inquietaba al rubio, tenía una sensación de que anteriormente lo había visto en algún lugar,
Tal vez era uno de esos idiotas que protestaban contra el gobierno y atacaron El palacio de Akasaka durante una revuelta.

Decidió restarle importancia, después de todo, solo debían dirigirse a su laboratorio y eliminarlo, nunca más sabrían de él.

Decidió restarle importancia, después de todo, solo debían dirigirse a su laboratorio y eliminarlo, nunca más sabrían de él

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Luego de dos días caminando, habían llegado a Ōtsu, una ciudad en prefectura de Shiga. En ese lugar el pecoso había estado trabajando.

No fue difícil para ellos encontrar el lugar de trabajo del científico, era una pequeña casa, se veía claramente maltratada y casi abandonada, aunque, la mayor parte de las viviendas de alrededor se veían así.

Al caer la noche, decidieron ingresar. Kirishima se desplegaría por la izquierda mientras el rubio ingresaba por la puerta principal.

Con el arma en sus manos, ingresaron al inmueble revisando el lugar, sin embargo no había rastro del peliverde.
El pelirrojo se dispuso a guardar su pistola, cuando de pronto alguien lo golpeó, haciendo que esta cayera al piso.

Rápidamente el capitán apuntó su arma hacia aquel hombre que había atacado a su subordinado. Sin embargo, antes de poder disparar, otros dos sujetos lo golpearon por la espalda, haciendo que su arma cayera al piso.

Kirishima se encontraba paralizado al oír los disparos, no sabía que hacer en esa situación. Su capitán estaba luchando contra dos hombres mientras un tercero le apunta a él con un arma.
Tomó la pistola con ambas manos, pero apenas podía mantenerla quieta, sus manos temblaban.

El rubio le gritaba, necesitaba hacer que reaccionara o lo asesinaran.
—¡Dispara!, ¡Dispara maldita sea!-

El otro parecía no escucharlo

-¡903! ¡Dispara!, ¡Mierda!-

-¡¡¡Kirishima!!!-
En un rápido movimiento explotó la cara de uno de los sujetos, esparciendo su sangre por el lugar, mientras torcía el brazo del otro provocándole un grito de dolor. 


El rubio se lanzó a tomar el arma que estaba en el piso, disparando al hombre frente al pelirrojo.
Este cayó al piso, fue un tiro directo en el craneo.

Kirishima continuaba temblando con el arma en sus manos y el rostro cubierto de sangre de aquel hombre que yacía muerto a sus pies.

Adelante, el pelicenizo lo observa con una mirada fría, mientras apuntaba sin siquiera mirar, al sujeto que anteriormente le había torcido el brazo, el cual trataba de atracarlo nuevamente.

-No dudes-

Fue lo único que pudo oír antes del disparo.

Kirāhando キラーハンドDonde viven las historias. Descúbrelo ahora