Capítulo 24: Finalmente

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En ese lugar solo había oscuridad, aunque tratara de moverse, parecía no tener control sobre su cuerpo, era como si sus extremidades no tuvieran la fuerza necesaria.

El insoportable dolor, era lo único que podía sentir en ese vacío.

Progresivamente, una tenue luz iluminó el ambiente, aunque esta estuvo seguida de una espesa bruma.
Lejos, a la distancia, podía oír ligeros sonidos, parecía que alguien le hablaba.


A veces los sonidos se detenían, a veces era él quien se detenía.
De cierto modo, el dolor se desvanecía, al igual que lo hacían sus sentidos.

Esa débil voz lo llamaba, sin embargo parecía que solo se alejaba más y más.

El silencio lo envolvían lentamente, trayendo consigo el frío, la soledad, el olvido.


...


Y luego, de forma brusca, tenía una boca pegada a la suya, unos labios suaves y tiernos expulsaban un soplo que ingresaba a sus pulmones, hinchándolos levemente.

Cuando los labios se apartaron, pudo sentir ese agradable aroma a naturaleza que le brindaba paz y tranquilidad.


Pudo oír una voz que gritaba <<¡¡Despierta por favor!! ¡Kacchan despierta!>>. Pero aún parecía muy lejana.

-¡No! ¡No! ¡No me lo quiten, no otra vez!- Sollozó entre gritos aquella voz.


Los labios se le pegaron nuevamente. Sintió como el cálido aire bajaba otra vez hasta su garganta.
Esta vez, desde su interior exhaló una leve bocanada de aire, haciendo que su pecho nuevamente comenzara a subir y bajar.

Lentamente abrió los ojos, los párpados le pesaban bastante.

Enfocó su vista. Sobre él, unos ojos esmeralda lo observaban. Las lagrimas se deslizaban por esas pecosas mejillas, cayendo sobre su rostro.

-¡¡Kacchan!!- Gimoteó el peliverde.

El rubio levantó torpemente su mano, limpiando las lagrimas de esas redondas mejillas. No quería verlo así, no quería que sufriera.

Izuku lo abrazo, provocando un quejido de dolor en el ojirrojo.

-Lo siendo- Se disculpó el pecoso mientras rasgaba su propia camiseta y presionando la herida en el hombro del rubio. -Tengo que sacarte de aquí-

Katsuki tomó débilmente el relicario sobre su pecho. -Quería tener algo para recordarte. Creo que además de asesino, me convertí en ladrón-

-No hables- Respondió Izuku entre lágrimas -No tienes que tener nada para recordarme, me tienes a mí. Eres un guerrero, un héroe para todos los jóvenes que liberaremos de estos Campos-

-Me alegra haber hecho algo bueno- Sonrío el rubio -Al menos en mis últimos momentos-

-Estas muy equivocado si piensas que voy a permitir que te rindas ahora- Habló firmemente - Incluso si sientes que ya no puedes continuar, yo estaré aquí para darte una mano-

-¿Aún si estas horribles manos están manchadas de sangre inocente?- Cuestionó el rubio mientras observaba una de sus manos.

-Estás manos son perfectas- Habló el pecoso mientras la tomaba suavemente. -En los espacios qué hay entre tus dedos, encajan perfectamente los míos-

Bakugo no puedo evitar que las lagrimas se deslizaran por su rostro -Creó que te amo- Habló casi en un susurro.

Midoriya limpio delicadamente sus lágrimas. -Y yo a ti- Respondió dando un suave beso al rubio.

Kirāhando キラーハンドDonde viven las historias. Descúbrelo ahora