Conocía muy bien ese camino, el color grisáceo de las paredes y la falta de luz hacían ver ese pasillo como si fuera el mismísimo camino al infierno.
Todos en Yunitto sabían que ir a esa habitación era una sentencia de muerte, si eras llamado ahí, estaba más que claro que el Jefe tenía una misión especial para ti, una casi imposible de realizar, donde deberás cumplir sus órdenes o morir en el intento.
Así era para el resto, no así para el rubio. Ya había estado ahí antes, había completado esas misiones de forma exitosa, sin duda se había convertido en un excelente soldado.
Ganó ese título durante su primera misión, con tan solo trece años de edad. El objetivo era claro, debía eliminar a aquellos políticos que bajo las sombras, trataban de terminar con el programa de reubicación de niños Kosei, era imperdonable permitirles hacerlo.
Yunitto731 era uno de los principales lugares del programa, si aquellos hombres lo eliminaban, ya no habría lugar para aquellos que poseen habilidades, no habría soldados como él, que protegieran la nación.Mientras caminaba por el lugar, vistiendo solo los pantalones de su uniforme, los demás lo observaban, sin duda su presencia era imponente.
Aquella figura; espalda ancha con visibles cicatrices, brazos fuertes, ojos rojos, manos que podrían hacer explotar a cualquiera que se atravesara en su camino, sumado a la explosiva personalidad del pelicenizo, hacían que tanto niños como incluso otros soldados temieran hacerlo enfadar.Al ingresar a aquella oficina, se dirigió al Jefe; Kyudai Garaki. El anciano había obtenido su prestigiosa posición hace unos nueve años, gracias a los resultados exitosos de sus experimentos y la valoración de estos por parte de gobierno.
-¿Qué necesita anciano?- habló el rubio.
-Deberías hablarme con algo más de respeto 895, sabes que soy el Jefe de este lugar, soy tu superior- Contesto el anciano de forma divertida, sin duda la personalidad de su mejor soldado jamás cambiaría. Aquello no era de gran importancia, después de todo, hacía todo lo que se le ordenará, sin cuestionar.
-No estoy para esas mierdas, dígame qué es lo que quieres- ladró el más joven.
-Tengo una misión importante para ti, necesito que elimines a alguien que ha estado metiendo su nariz en asuntos que no le incumben- el anciano entregó una fotografía al rubio. - Esta persona atenta contra el futuro de nuestro programa. Confío en que te desharás de él. Esta será tu primera misión como capitán, hazlo bien y te aseguro que te convertirás en un gran general, como Chisaki-.
El menor salió de la oficina, dirigiéndose a su habitación, sin duda convertirse en general a los casi diecinueve años, era un gran paso y él no desaprovecharía esa oportunidad.
Ya en su habitación, se dispuso a preparar su cosas, debía salir durante la madrugada.
-¿Una nueva misión, Bakubro? - le habló aquel soldado, poniendo su brazo sobre su cuello.
-No me digas así, idiota- Contestó el rubio, sin siquiera levantar la vista -"895", esa es mi identificación-.
—Vamos, no puedes identificarte con un número, tienes un nombre, todos tenemos uno. No podemos hablarnos como "903" o "895", soy Kirishima y tú eres Bakugo - habló señalándose y luego al contrario. -No puedes negar tus orígenes, si no quieres usar tu nombre, por lo menos usa tu apellido, es lo que te dejaron tus padres-.
—Déjame en paz. Ni siquiera los conozco y estoy seguro que tú tampoco recuerdas a los tuyos- se volvió, mirando al otro. - ¡¿Qué diablos te hiciste en la cabeza?!-
-¡Ah! Jajaja, pues si lo notaste. Quería un cambio de imagen para mi nueva misión en el exterior- Habló señalando su rojo cabello.
-¿En el exterior?, jamás haz realizado una misión fuera de este lugar, ¿Bajo las órdenes de que extra estarás?- Cuestionó.
-Bueno - Habló nervioso el pelirrojo- Bajo las tuyas, jejeje. Estás viendo tu nuevo subordinado-
El rubio sólo lo observó, las misiones qué realizaba eran peligrosas, muchos no volvían con vida. Después de todo, ese era el propósito de todos los que se encontraban ahí, debían utilizar sus habilidades para mantener el equilibrio de la sociedad y velar por el bienestar del país.
Aún así, le había tomado cierto aprecio al pelirrojo de dientes puntiagudos, a pesar de ser un niño llorón cuando eran pequeños, poco a poco fue potenciando su Kosei convirtiéndose en un excelente luchador.
Pero no era un asesino, no seria capas de utilizar un arma para eliminar a alguien y mucho menos hacerlo con sus propias manos, no como él.
Eso podría traerle problemas al momento de realizar la misión.—Ok - habló finalmente- Prepara tus cosas, saldremos al alba. Espero que estés preparado para actuar cuando sea necesario-.
El pelirrojo lo vio con una enorme sonrisa y contestó un <<¡Si señor!>> , realizado un saludo militar. Realmente estaba emocionado de poder trabajar con el rubio. -¿Cuál es la misión?- Cuestionó.
El otro le entrego una fotografía.
La tomó entre sus manos y observó aquella imagen. - ¡Vaya!, es un chico lindo, como de nuestra edad. ¿Qué debemos hacer con él?-El rubio observó de reojo aquella imagen- Asesinarlo- contestó de manera calmada.
Kirishima lo miró asustado. ¿Matarlo? Se cuestionó.
¿Que podría haber hecho?, ¿Por qué debía asesinar a ese joven pecoso, de cabello y ojos verdes?
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Kirāhando キラーハンド
FanfictionUna rara enfermedad ha terminado con la vida de la mayoría de los niños y niñas del mundo. (O eso es lo que Katsuki Bakugo creía) Bakugo a sobrevivido, pero a perdido mucho más que aquellos a los que él cree muertos. Fue enviado a Yunitto731, un bru...