Capítulo 9: Sentimientos

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Durante los primeros días, los tres chicos continuaron su camino, deteniéndose a descansar un par de horas durante la noche.

Cuando llegaron a los límites de la ciudad de Kōfu, pudieron observar una gran cantidad de hombres patrullando el lugar.

El capitán realizó un gesto con la mano y se recostó en el piso al igual que el de dientes afilados.
Midoriya los observa por un momento sin reaccionar.

El hombre de mascarilla lo jaló, pasando su brazo sobre la espalda del pecoso, lo obligó a recostarse. El peliverde no pudo evitar sonrojarse al sentir el calor del cuerpo ajeno.

-¿Por qué hay tanta vigilancia?- Habló el capitán, observando a la distancia. Aquellos hombres vestían muy similar a los que los habían atacado en Ōtsu, fijó su mirada en logo del vehículo en el que se transportaban:
"Policía Nacional".

El superior no pudo evitar cuestionarse: ¿Qué es lo que querían con el pecoso?. Le habían dado la tarea de asesinarlo, ¿Por qué la policía también lo buscaba?. Se supone que su trabajo era cumplir las órdenes del gobierno.

El peliverde habló, sacándolo de sus pensamientos.
-La propagación de la enfermedad Kosei, causaron pánico en la población, provocando un desorden en el país. Es por eso que el Presidente Shigaraki aumentó la vigilancia en todas las ciudades-

-¿Shigaraki aún es el presidente?- cuestiono el de dientes afilados.

-Se a negado a abandonar el cargo- Explicó Midoriya. -Según él, es necesario para mantener el orden.¿Cómo es que no lo sabes?- Habló el peliverde -Lleva más de veinte años en el puesto, desde que se registraron los primeros casos de Kosei en el país. Incluso se hace llamar All for one, argumentando que todo lo que realizan es para el único objetivo de mantener La Paz-

-B..Bueno, es la primera vez que salgo del Yunitto- respondió aquel muchacho.

El pecoso lo miro intrigado.
-¿Yunitto?, ¿Es algún centro militar?, ¿Recibíeron entrenamiento después de terminar la escuela?- Cuestionó.

-¿Escuela?- Respondió el chico. -Bueno nos enseñaron a manejar nuestros kosei, mejorar mi endurecimiento me llevó años. Aunque Ba..El Capitán siempre fue un prodigio, controló y perfeccionó su Kosei rápidamente, además es muy bueno en el combate cuerpo a cuerpo-

Midoriya observó al capitán, sus ojos ocultaban algo, quería averiguarlo, saber que escondía esa alma, que había detrás de esa roja mirada.

Midoriya observó al capitán, sus ojos ocultaban algo, quería averiguarlo, saber que escondía esa alma, que había detrás de esa roja mirada

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Para poder continuar, tuvieron que desviar su camino, adentrándose en el bosque.

A eso de las 4:00 am decidieron tomar un descanso, ya habían caminado durante gran parte de la noche. Tomarían turnos para descansar, mientras uno de ellos vigilaba.
El capitán fue el primero en hacer guardia.

El soldado dormía plácidamente a su lado, Izuku no entendía como aquel chico podía estar tan tranquilo.
Solo había quitado su capucha, dejando a la vista su rojo cabello, y se había acomodado al lado de un árbol.
El pelirrojo parecía no tener problema para dormir en la intemperie.

Midoriya por su parte, no había logrado pegar un ojo, no mientras se encontraban en medio de la nada y corrían el peligro de ser capturados por la Policía Nacional.

Decidió levantarse, no muy lejos de ahí vió al capitán.
El peliverde se acercó lentamente, el hombre estaba sentado al lado de un gran árbol, aún traía puesta esa mascarilla negra y la capucha que cubría su cabello. Tenía los ojos cerrados, parecía dormido.

Esa piel pálida y expresión calmada llamaron la atención de Izuku. La luz de la luna casi hacía brillar aquellas rubias cejas y pestañas.
El pecoso dedujo que debía tener el cabello del mismo color. Lentamente, acercó su mano. Quería quitar aquella máscara, observar ese rostro, definir cada facción con sus manos.

Pero, una mano lo tomó del brazo. Esa roja mirada lo observaba fijamente, provocando una extraña sensación en su pecho.

El ojirojo no dijo nada, soltó despacio su brazo, se puso de pie y lentamente se alejó.

Cuándo los primeros rayos de sol se abrieron paso sobre el cielo nocturno, se pusieron en marcha nuevamente

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Cuándo los primeros rayos de sol se abrieron paso sobre el cielo nocturno, se pusieron en marcha nuevamente.

Midoriya parecía más callado de lo normal, sólo miraba su relicario y caminaba evitando acercarse al capitán, eso preocupó a él pelirrojo. ¿Había ocurrido algo?, ¿Le habría gritado o insultado?, necesitaba explicarle al pecoso que así era la personalidad de su amigo, no es que fuera una mala persona.

-¿Ocurrió algo?- Habló dirigiéndose al científico. -Se que él es agresivo aveces, pero es un buen tipo, aunque no lo demuestre se preocupaba por los demás, cómo ese día que te cubrió para que no te descubrieran-

-E..eso fue solo porque necesita conseguir las pruebas- Respondió el pecoso.

-Tal vez, pero Ba..El capitán, tiene las habilidades para conseguir esas pruebas por sí solo, ahora que sabe donde buscar- Sonrió mostrando su afilada dentadura.

-¿Por qué haces eso?- cuestionó Izuku -¿Por qué parece que quieres decirle de otra forma y luego te corriges llamándolo "Capitán"?-

-Bueno, por alguna razón, a él no le gusta que lo llame por su nombre- respondió el pelirrojo.

-¿Y a ti te molesta?- interrogó Midoriya

-¡Claro que no!, un nombre es lo que te dejaron tus padres, es parte de quien eres. Debes pórtalo con orgullo- Sonriendo señaló su pecho -Soy Kirishima, Eijiro Kirishima-.


Mientras caminaban, el capitán escuchaba esa conversación, "...es parte de quien eres", esa frase resonaba en su mente.
¿Quién era él realmente?, se supone que el mejor soldado, el #1, el que cumplía sus misiones sin importar nada, pero ahora se encontraba ahí, trabajando con el hombre que le habían ordenado asesinar.

Ese chico de cabello verde le hacía sentir extraño, desde que sus ojos se encontraron en ese viejo departamento.
Había bajado la guardia, incluso había estado a punto de quitar su mascarilla la noche anterior.

Aquellos ojos verdes le hacían sentir como si se sumergiera en un profundo bosque.
Un lugar tranquilo,
Donde no importaba el resto,
Donde no tenía que cumplir órdenes,

Donde podía ser libre.

Kirāhando キラーハンドDonde viven las historias. Descúbrelo ahora