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— Bien, yo voy por la mochila y unas cuantas cosas. —habló Sunghoon ni bien entraron al lugar.— Tú anda por los snacks y las galletas

— ¿Y las frutas? —alzó una ceja.

— ¿Qué? No, Sunoo. —se quejó apunto de parecer un pequeño niño.

— No pienso comer solo esas cosas. —esta vez se cruzó de brazos, mirándolo fijamente para poder ganar la diminuta discusión.

— Ah... —suspiró hondamente.— Está bien. Compra las necesarias para ti.

— Tú también comerás, Park, ni creas que dejaré que te llenes con solo esa clase de cosas.

— Sí, lo que tú digas. —volteó para poder rodar los ojos, sonriendo con diversión al estar totalmente seguro que no le haría caso en absoluto.— Nos vemos en la sección de bebidas.

Sunoo asintió levemente y terminó por irse a tomar una canasta. Una vez listo, emprendió camino hacia los estantes repletos de frituras que al rubio le encantaban. Pasó bastante tiempo cuando pensó que tenía lo suficiente, yendo después a la sección de frutas para llevarse envases de manzanas, naranjas y duraznos frescos.

Los minutos pasaron, soltó un suspiro sintiéndose satisfecho y recordó ir a la sección que justamente Sunghoon le había indicado, esperando a la vez que el rubio ya hubiera concluido con sus respectivas compras.

Grande fue su sorpresa al no verlo ahí. Simplemente se encogió de hombros y decidió caminar por los pasillos hasta poder encontrarlo.

꒰ ・ ・ ・ ꒱

Park relamía sus labios, analizando con la mirada los productos que estaban frente suyo. Resopló, tomando un par de bloqueadores y cremas humectantes para poder acomodarlas en la canasta juntos a algunos accesorios que ya había escogido.

Sacudió su cabello con normalidad y justo antes de dar media vuelta, una aguda voz tuvo que detenerlo.

— ¡Hola! —el rubio dirigió su mirada a la joven chica, sintiéndose confundido ante el atrevimiento que ella tuvo.

— Ah, hola. —realmente dudó. ¿Era buena idea seguirle la conversación?

— Hey, Sunghoon-oppa. ¿A dónde vas con todas estas cosas? —sonrió ampliamente, tomando un mechón de su cabello para hondearlo con sus dedos. Un claro acto de coquetería y dulzura.

El mencionado frunció el ceño.— ¿Cómo sabes tú mi nombre? Lo lamento, pero no tengo idea alguna.

La chica soltó una suave y armoniosa risa.— ¡Oh, vamos oppa! Tal vez no sepa de mi existencia pero ambos asistimos a la misma universidad. Usted es el chico más popular y guapo de ahí.

— Oh. —calló tajantemente.

— Y bueno. ¿A dónde va con todas estas cosas?

— De paseo.

— ¿Solo? —inquirió mirándolo con ansiedad.

— ¡Sunhee! ¿Dónde diablos estabas? —una pelinegra se acercó con rapidez, tirando del brazo de su amiga.

— No hagas ruido, Youngmi. —le recriminó, para luego susurrarle al oído:— Él es el chico del que te estaba hablando.

La pelinegra agrandó los ojos en sorpresa y se disculpó con ambos, excusándose con que le faltaban muchas cosas por comprar.

— Wow, es una gran coincidencia el habernos encontrado. —Park la sentía tan fingida. ¿Por qué no podían ser tan sinceros como Sunoo? Ah, desde la primera vez que coincidieron en la misma clase, Sunghoon supo que él era diferente.

Sucker for you. ‹𝟹 SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora