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Sunghoon inhalaba y exhalaba el aire con dificultad. No podía creer lo que estaba sucediendo. ¿Por qué arruinaban lo único bueno y especial que tenía?

— Maldición. —siseó por lo bajo, cogiendo cierta parte de su cabello. Se estaba sintiendo débil, no quería aquello, pero era casi imposible.

Tiró el libro al suelo con demasiada fuerza, tratando de desfogar la impotencia y el enojo que estaba circulando por su organismo. Iba a ir tras Sunoo, no quería dejar las cosas incompletas, debían de hablar con calma. O eso fue lo que pensó hasta que una sonora risa detrás de él hizo que se detuviera. Giró sobre sus talones, encontrándose con la persona que menos quería ver.

— Hola Park. ¿Pasándola mal? —habló con la burla dominando en su voz, se notaba despreocupado y con las manos escondidas en los bolsillos de su holgado pantalón.

— No es de tu incumbencia. —respondió frío y tajante.

Estuvo a punto de volver a su camino pero Riki lo volvió a interrumpir.

— ¿Así que volviste a lo mismo, eh? —dijo con más fuerza.— ¿Ya te aburriste de Sunoo?

Sunghoon se aproximó al castaño.— No te atrevas a mencionarlo. Yo jamás jugaría con él.

— ¿Estás seguro? —lo miró con "inocencia".— Lo he visto todo, Park. Se fue llorando y ambos sabemos que fue tu culpa.

— ¡Yo no hice nada, joder! —lo tomó de la chaqueta.— ¡Deja de meterte en la vida de los demás!

Riki sonrió ladino, no se sentía intimidado en lo absoluto.— Yo hago lo que se me dé la gana. Y si me metí en la vida de Sunoo fue para que se diera cuenta la clase de persona que eres. Un inútil que va detrás de quién mejor le parezca.

— ¡Eso no es cierto! ¡Yo cambié por él! —lo sacudió bruscamente.

— Eso ni siquiera tú te lo crees. ¿Acaso me vas a decir que Wonyoung fue quien te besó?

— ¡Así fue, maldita sea! —le gritó, empezando a captar el significado de aquella frase.— Espera. ¡¿C-cómo lo sabes?!

— Digamos que... —sonrió ampliamente.— ... recibió ayuda. Un buen plan no pudo ser parte de ella, Park.

— ¡Fuiste tú, imbécil! —bramó enojado, elevando su mano derecha y aterrizando en la mandíbula de Nishimura de manera fuerte y brusca.

Lo soltó brutalmente y otro golpe fue directo a su mejilla. Riki no tuvo mucho tiempo para reaccionar, pero de cierta manera se limpió las pequeñas gotas de sangre que se escurrían por la comisura de su labio inferior y se lanzó hacia el cuerpo de Sunghoon.

— ¿Sabes lo que me enoja más? —el castaño tomó de los hombros a Park, haciendo que su rodilla hiciera contacto con el abdomen adverso.— Que tú obtienes las cosas que realmente no te mereces. ¿Por qué alguien como Sunoo podría fijarse en alguien como tú?

— ¡Ese no es tu jodido problema! —le gritó, arremetiendo contra Nishimura, logrando hacer que ambos cayeran al suelo.

— ¡Sí lo es porque a mí me gusta Sunoo! —Park al escuchar aquello se acomodó mejor encima del castaño y empezó a golpear su rostro.

— ¡Cállate!

Ambos cuerpos forcejearon, Riki pateó el estómago del rubio y se levantó rápidamente.— ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo que te lo quite? ¡Perdiste, Park!

— ¡No hables de él como si fuera un objeto! ¡No tienes ni puta idea de lo que yo verdaderamente siento!

— ¡Tú no sientes nada por nadie, eso es todo! ¡Deja de fingir!

Sucker for you. ‹𝟹 SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora