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— Es fácil, Wonyoung. —sonrió brevemente Riki.— Park es tan descuidado que cuando te acerques no va a dudar en seguirte el juego. Siempre ha sido así y no va a cambiar.

La joven tendió a reír brevemente, emocionada con todo lo que el castaño le estaba contando.— ¿Estás totalmente seguro?

— Claro que sí. Él nunca se va a negar ante una chica tan linda como tú.

La pelirroja sonrió tímidamente, cruzando los brazos a la altura de su pecho y haciendo miles de ideas ante la posible relación que pudiera tener con el atractivo e inalcanzable Park Sunghoon.

— Cuenta conmigo, haría todo por él.

Riki sonrió una vez más con falsedad, evitando a toda costa rodar los ojos ante lo estúpido que sonó aquello.

«Quiero ponerte a prueba Park. Veamos cuanto te dura.»

— ¡Oh y mira! —exclamó Nishimura dirigiendo su mirada al inicio del pasillo.— Allá viene la dizque parejita. —soltó con sarcasmo.

— Agh, en serio detesto a ese chico. Creo que solo ha ido detrás de Sunghoon-oppa para rogarle que esté con él. —Wonyoung hizo una mueca de disgusto y los miró con enojo.

Riki rió ante lo dicho. Lo que realmente le fastidiaba era que Park siempre obtenía lo que quería.

꒰ ・ ・ ・ ꒱

— Ya, Sunghoonie. Debo ir a clases. —comentó el pelinegro algo cohibido. Resulta que habían llegado temprano como de costumbre y ambos iban por el pasillo con los meñiques enlazados. Sonriendo y conversando con naturalidad.

— Pero aún es temprano. —puchereó mientras miraba a Sunoo de manera preciosa.

— Tienes exámen en Química, debes ir a repasar un poco al menos. —contestó mientras apegaba aún más el libro de dicho curso que le pertenecía a Sunghoon.

— Pero ya tengo suficiente con lo que repasamos ayer. —el rubio se deshizo del agarre y se puso detrás de Sunoo. Rodeando con sus brazos aquella pequeña cintura y acomodando su mentón en el hombro adverso.— Eres el mejor profesor del mundo~ —canturreó dulcemente, besando la sonrosada mejilla del pelinegro.

— Hey. —se quejó falsamente. Porque la verdad era que Sunoo adoraba cuando Sunghoon lo consentía demasiado.

Siguieron caminando lentamente, conversando con complicidad y cariño. Quien quiera que los vea podía juzgar que eran una pareja más en aquella universidad.

Una pareja dulce y especial.

Una pareja única a las demás.

Y es que emanaban un aura tan cálido y especial que entre los ojos de Sunghoon y Sunoo solo podían transmitirse paz y felicidad genuina.

— ¿Nos veremos en el receso verdad? —inquirió Park, interrumpiendo el breve lapso de silencio entre ambos.

— ¿Cuando hemos estado separados? —bromeó, mientras en su rostro se surcaba una leve sonrisa.

— Sí, tienes razón. —Sunghoon empezó a frotar su nariz delicadamente en el cuello de Sunoo. Sintiendo la suavidad de su piel y la dulce fragancia que podía aspirar de esta. El pelinegro solo se sonrojó más.— Es inevitable, no me quiero separar de ti. —depositó un corto beso ahí.

Sin embargo, fueron interrumpidos por el timbre de la campana.

Park siseó por lo bajo, no era mentira el no querer estar lejos de Sunoo.

— Ya escuchaste, es mejor que vayas, estudies un poco y traigas la mejor nota. —habló dulcemente.

Sunghoon asintió separándose aunque no quisiera. Durante el transcurso de los días tuvo que reflexionar que si quería borrar aquellos malos aspectos de su persona, tenía que mejorar en ciertos ámbitos. Uno de ellos era el académico, que aunque no era grave, Park sabía que tenía que ponerle más empeño y dedicación a sus estudios, exposiciones y trabajos. Tampoco es como si quisiera decepcionar a su precioso pelinegro.

— Bien, tú ganas.

Sunoo sonrió complacido y cerró sus ojitos al sentir de nueva cuenta el casto beso de Sunghoon en su coronilla. Una costumbre muy dulce y que adoraba tanto.

— Te deseo mucha suerte, Sunghoonie. Nos vemos luego.

El mencionado lo miró con ternura y se ajustó la mochila al hombro.— Te buscaré a tu salón.

Y así, ambos fueron por caminos distantes hacia sus respectivas clases.

꒰ ・ ・ ・ ꒱

— ¿Qué pasó, Sunoo? —cuestionó el peliazul.— Tú siempre llegas puntual a las clases.

— Hola Won. Sí, estoy bien, gracias por preguntar. —bromeó.

— Ay, lo lamento. —sonrió angelicalmente.— Pero qué pasó. ¿Otra vez Sunghoon? —esta vez sus gestos fueron más sugestivos, claramente con el objetivo de fastidiarlo. Lo único que recibió fue un zape en su frente.— ¡Hey!

— Ya señor fastidioso. —sonrió Sunoo esta vez.— Pero bueno, sí estuve conversando con él. Hoy tiene un exámen muy importante.

— Ustedes desparraman azúcar por doquier. ¿Por qué siempre comen delante de los pobres como yo?

— Yah~ —le reprochó cohibido y el peliazul sonrió ampliamente, soltando leves risitas.— No digas esas cosas.

— Está bien. —concluyó.— Oye, creo que el profesor de Economía no vendrá.

— Sí creo que sí, él siempre llega puntual. Ni un minuto antes ni un minuto menos.

— Ojalá sea así, no dormí bien anoche y dudo poder prestar atención a sus clases.

Sunoo solo rodó los ojos. Apostando a que fue causa del Xbox.

— Y dijiste que Sunghoon tiene exámen. Lo lamento, pero sabes que aún me cuesta creer que él está comenzando a ser más responsable.

— ¡Oye!

— Las cosas como son. —se encogió de hombros.

— Pero es lo mejor. Aún sea difícil para ti, ambos sabemos que es lo mejor para Sunghoon.

— Tienes razón. ¿Y de qué curso tomará?

El pelinegro acarició con su pulgar el borde del libro que minutos antes dejó en la carpeta, lentamente bajó su mirada.— Pues Química. —Jungwon asintió con calma.— ¡Ay no! —sus ojitos se abrieron en sorpresa mientras gritaba aquello.

— ¿Qué pasa? —ahora el peliazul sonó alarmado.

— Me olvidé entregarle su libro. ¿Cómo va a repasar? ¡Soy un distraído!

— Tranquilo, solo ve a su aula. De seguro ya se dio cuenta y quizás está caminando hacia acá también.

— Sí, en hora buena el señor Choi no asistió hoy. —suspiró.

— ¡Apresúrate y no juegues con tu suerte!

Sunoo asintió, tomó el libro y rápidamente salió de su salón. Agradecido de saber que no corría riesgo alguno. Bajó por las escaleras, tratando de no demorar pero a la vez ir con cuidado. Volvió a tocar la superficie del piso e hizo un pequeño esfuerzo en tratar de recordar por donde era exactamente el salón de Química.

— Aula B-089, sí ese es. —murmuró, corriendo esta vez hacia el lugar.

Se detuvo al saber que estaba cerca al pasillo correcto, trató de regular su respiración y se dispuso a caminar.

Unos cuantos pasos fueron los que Sunoo avanzó. Hasta que una imagen que realmente no hubiera querido ver, se plantó ante sus ojos.

Sus finos labios se entre abrieron y, ahora los golpeteos de su corazón empezaban a ser pesados y dolorosos.

Sunghoon se estaba besando con una pelirroja.

Sucker for you. ‹𝟹 SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora