Sunoo recostaba su espalda en el pecho del rubio, sintiendo como éste le susurraba palabras lindas y le dejaba castos besos por el cuello. Aquellos cálidos brazos rodeaban su cintura y el pelinegro sonreía mientras acariciaba con delicadeza las manos contrarias.
Su burbuja de amor y descanso se vio interrumpida por un par de toques en la puerta.
— ¡Sunghoon! ¡Sunoo! —la voz de Jungwon resonó.
— Diablos, lo había olvidado. —murmuró el rubio disgustado. Sunoo soltó leves risitas, ganándose un par de besos en la mejilla por parte de Park.
— Ya es hora de irnos, además Riki quiere hablar al respecto.
— Pero yo quiero estar así todo el día contigo. —se quejó dulcemente, haciendo que el pelinegro ladeara el rostro y ambos juntaran sus bocas en un tierno y corto beso.
— Hay mucho tiempo para eso, Sunghoonie.
— Pero me he perdido más de dos días, ha sido demasiado tiempo el que he estado lejos de ti. —reforzó su agarre en la cintura adversa.
— Estás exagerando.
— Mientras se trate se ti, exagerar no me importa. —bromeó, acomodando su mentón en el hombro del pelinegro. Más toques interrumpieron.— ¡Ya vamos!
— Será mejor que me sueltes, no podemos caminar bien así.
— Claro que sí se puede. —refunfuñó, apegándose más. Sacando una leve sonrisa en Sunoo.
— A veces eres tan infantil. —el pelinegro se deshizo del agarre y dio media vuelta para tomar la chaqueta de Sunghoon entre sus manos.
— Y tú eres demasiado precioso. —susurró el rubio, sosteniéndolo por la cintura para acariciar su nariz con la contraria.
— No es verdad. —lo retó dulcemente, cerrando los ojos ante el tacto tan cálido que recibía.
— Sí lo es, eres un ángel...—sonrió levemente.—.... mi ángel. —culminó la frase, dando paso a un nuevo y profundo beso, ladeando sutilmente la cabeza para hacer de la sensación una más íntima. Estuvieron tan sumidos, disfrutando del cariño y el amor en la otra boca, que un grito algo exagerado fue el que logró romper con su momento.
— ¡Hey!
— ¡Cállate Yang! —respondió el rubio al instante. Viendo como el peliazul abría aún más la puerta y se adentraba al salón.
— ¿Y por qué me gritas? —le reprochó.— Yo debería hacer eso a ustedes.
Riki logró entrar después.— Estuvimos tocando y no respondían. Solo queríamos saber si ya todo estaba bien.
— Pues nos interrumpieron. —frunció el entrecejo.
— Ya, Sunghoonie, no seas así. —habló, acariciando la suave mejilla de Park a pesar del efusivo sonrojo que llevaba en su rostro. No es como si estuviera acostumbrado a que alguien más lo viera, justo en el estado en el que estuvo con Sunghoon hace unos segundos. Estaba realmente avergonzado.
— ¿Todo bien? —decidió empezar Nishimura, algo nervioso por recibir críticas. Aunque muy en el fondo sabía que las merecía por haber cometido tonterías.
— Más que bien. —afirmó Sunghoon, haciendo girar al pelinegro para abrazarlo por la espalda, atrapando aquella fina cintura en sus brazos.
— Escuché todo, yo también tuve cierta culpa. —habló Sunoo.— Dejé que todo se revolviera en mis pensamientos y creí en cosas que no debía.
— Lo siento mucho para ambos, en serio. —aclaró el castaño.— Fueron estupideces del momento. —hizo un mohín apenado.— Pero creo que dije todo lo que tenía que decir y espero puedan hacer pasar por olvidado lo que hice, si gustas puedo desaparecer de tu vista.
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Sucker for you. ‹𝟹 Sungsun
Fiksi Penggemar❛ Soy un tonto por ti, Sunoo. ❜ Park Sunghoon era el tipico chico malo, popular y arrogante. Sin embargo, todo lo que conformaba ser él, se fue rodando por el borde del abismo al ver por primera vez al chico nuevo, el recién transferido de Suwon y q...