Capitulo 20: Repercusiones

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POV Fernando.

Cuando sucedió el asedio todas las personas escaparan lejos de la ciudad tratando de evitar de quedar atrapada en el fuego cruzado, así que cuando las explosiones cesaron y después de ver como todo el daño era reparado por arte de magia.

Este hecho asusto, pero también intereso mucho a las personas, y después de una batalla campal su curiosidad les gano.

Y así poco a poco la gente fue entrando nuevamente a la cuidad, solo para ver como esta estaba renovada.

No solo el mal olor había desaparecido, sino que también toda la cuidad había sido remodelada con calles adoquinadas y todas las casas incluyendo las de los barrios más bajos, habían sido reconstruidas a casas de concreto y madera.

La gente en general estaba dividida entre el miedo y el asombro, miedo al como todas sus viviendas y todo en la cuidad en general había cambiado en el transcurso de un par de horas, y asombro por lo mismo.

Pero cuando varios soldados vestidos de diferente manera a los habituales, les informaron que se reunieran en el "Gran Septo de Baelor" sintieron que sus temores estaban a punto de ser confirmados.

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-Mis Reyes los ciudadanos se dirigen hacia aquí- dijo un soldado mientras nos informaba.

Durante todo el trayecto de entre Pentos hacia Desembarco, estuvimos pensando como darnos a conocer a todo Poniente... así que después de pensar en mi sangre dorada tuve una idea.

-Perfecto..., dime... aquí es donde se le reza a los 7 ¿no?- pregunte al soldado que seguía arrodillado.

El soldado estaba curioso acerca de mi pregunta, pero aun si contesto.

-Correcto- dijo sin mas sin atreverse a levantar la cabeza.

-¿Eres religioso?- dije mientras veía como desalojaban el ultimo Septon

-No mi señor..., consideró que si los dioses en verdad existen... no les importamos- dijo el soldado mientras tenía una mirada frustrada.

-Pues te agradara lo que estoy a punto de hacer...- dije mientras me sentaba en mi trono dorado. -Ve y trae ante mi al Septon Supremo- dije mientras veía a lo lejos como la gente se acercaba.

-A su Orden- dijo el soldado mientras se levantaba y se iba.

Mientras miraba como la gente se acercaba no pude recordar a una molestia de hace tiempo.

R'hllor el Señor de la luz, este era un dios al que le veneraban un culto unas personas, los llamados Sacerdotes Rojos esta era una de las religiones más vastas en el continente de Essos.

Pero la palabra clave... eran.

Cuando la magia regreso y empecé a moverme en la luz para unificar el continente, estos sacerdotes con su Dios Sangriento, se opusieron a mí.

Que mis soldados no se vieran afectados por el aura de Robert no era coincidencia, ellos habían enfrentado algo mil veces peor... Un ejército de demonios.

R'hllor si era un dios, pero no era un dios de la luz, sino que era un Dios Demoniaco, este se alimentaba de los sacrificios que sus fieles les tributaban.

Y cuando sintió como un "Dios" desconocido estaba recibiendo mas fieles en su territorio se enojó.

Durante mas de un mes estuve siendo asaltado constantemente por miles de demonios y maldiciones que claramente Tamamo mataba antes siquiera llegaran a mi.

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