POV Tamamo.
Viendo por ultima vez donde estuvo mi esposo, no pude evitar suspirar por todo esto.
Hablando por mis hermanas, siempre apoyaríamos a Fernando en lo que fuera, ya sea en un Genocidio sin razón como en contra de una cruzada contra el Maligno, nuestra moral estaba siempre acorde de los intereses de el.
-Y ahí va...- dijo Da Vinci volteando a ver donde antes estaba Fernando. -Debemos prepararnos, en poco tiempo estaremos asaltando al Olimpo- dijo Jugando con el artefacto en sus manos.
-Tamamo, dice Daenerys que te necesita en la "Mesa de Guerra"- llamo Jalter.
Asintiendo a la peliblanca, me fui del lugar hacia la "Mesa de Guerra", la mesa de guerra simplemente era otro nombre para llamar al concejo, donde se estaba planeando el próximo ataque hacia el Olimpo.
Mientras Fer se ocupaba del Hades, nosotros haríamos un ataque debilitante al Olimpo, lo que le permitiría a Fer acabar con sus recados en el Hades, sin ninguna Interrupción del Olimpo, además de que debilitaría las fuerzas de los dioses para cuando Fer terminara lo suyo.
Entrando en el templo escuche la voz de Daenerys y de Afrodita discutir.
-¡No podemos detonar lo equivalente a una bomba atómica en mi Templo, eso lo destruirá!- reclamo la Diosa del Amor a la Diosa de la Guerra sin Piedad.
-¡Es el mejor lugar para detonarla, además podría ir y colocarla sin ser detectada, eso terminaría con nuestros problemas!- dijo Daenerys harta de la negación de su suegra.
-¡Fer me prometía que podría conservarlo!- dijo Afrodita -¡Si se destruye no conservaré nada!- hizo su punto.
-¡Entonces ve consigue lo que quieras y luego destrúyelo, te aremos uno nuevo!- grito Océano ya artoo de esta pelea -El rey ya fue hacia el Hades, debemos hacer nuestra parte antes de que el Olimpo note el disturbio en el Hades- dijo Océano.
-Océano tiene, razón- dijo Atenea -Solo consigue lo que quieres mantener y luego destrúyelo, ¿oh acaso tu templo es mas importante que tu hijo Fernando?- pregunto Atenea con Saña.
-"Eso fue un golpe bajo"- fue el pensamiento unilateral del consejo.
-Bien...- murmuro Afrodita enojada por las palabras de Atenea.
Todos sabíamos el amor enfermizo que tenia Afrodita por su propio hijo.
-Tamamo, que bueno que llegas- dijo Daenerys notándome por fin.
-Fufufu~ para que me has llamado Daenerys- pregunte saludando con la mano a mi hermana.
La relación entre nosotras era muy buena, Fernando se había ocupado en hacernos felices y que nos viéramos como éramos, como unas hermanas.
Sonriendo la Diosa de la Guerra asintió hacia nosotros.
-Estaba pensando en darle al Olimpo una ultimo regalo de despedida- dijo ella señalándome un asiento a su lado.
El asiento del Dios del Sol.
Oh...
-Tamamo ya no hace eso- dije negando con la cabeza rápidamente.
Sabia que en el momento de que me sentara, mis 8 colas restantes se regenerarían, y yo como Amaterasu era una perra.
-Tama, se que es difícil para ti, pero sin tu ayuda muchas vidas se perderán- pidió Daenerys con ojos de cachorro.
Mordiéndome el labio mire el trono vacilante.
Amaba a Fernando como nada en este mundo, pero sabía que Amaterasu podría no compartir mis sentimientos, no podía arriesgarme a que desaparecer y eliminar el amor que tenía por mi esposo.
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Sistema De Trabajo
FanfictionFernando, despierta en el vacío de la nada, solo para que momentos después apareciera una pantalla con una barra de carga, que aventuras vivirá, descúbrelo. No me pertenece nada, salvo la historia, créditos a sus respectivos actores.