Capitulo 25: Ultimos retoques

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POV Fernando.

Saliendo del templo de madre usé de inmediato el brazalete de Da Vinci y me dirigí hacia mi siguiente objetivo.

Apareciendo frente de un hotel en los ángeles, entre en el lugar.

El hotel era un lujoso lugar, tapizado al puro estilo egipcio, con oro y pinturas adornando sus paredes.

-¡Bienvenido!- dijo una bella muchacha de piel morena, claramente de ascendencia egipcia.

-Vengo a ver a Hathor- dije congelando a la recepcionista -Mi madre Venus me manda- dije y la diosa recepcionista asintió.

Esperando en el vestíbulo mientras llamaban a la contra parte egipcia de mi madre, repase el plan que tenía en mente.

No solo quería matar a Zeus y Hades, si no que quería derrocar todo su gobierno, pero allí estaba el dilema, los dioses griegos tenían la obligación de velar por los mortales bajo su domino, el cual era todo que la llama de la prosperidad tocara, como Los Estados Unidos era la nación portadora de esta llama, todos los países que EUA ayudara de alguna forma caía debajo de su protección y debajo de sus autoridades.

Gracias a Afrodita los países aliados podían amar, gracias a Poseidón ellos no le temían al mar y pescaban sin miedo, por Deméter las cosechas abundaban y así podría seguir, hasta el cansancio, pero el detalle estaba que el ser humano en este mundo no podía vivir sin que un dios lo protegiera, ¿Por qué?, por los mismos monstros, cada panteón tenía sus propios problemas y estos si ven a un Humano sin que tenga protección se los comerían al instante.

En sus palabras "Sin la bendición su carne es más jugosa y con más sabor".

Así es por el sabor que tenían los humanos protegidos por un panteón es porque los monstros preferían ignorarlos e ir contra los semidioses, que por una extraña razón les eran muy deliciosos.

Pero volviendo al tema, el trono del Olimpo donde los 12 Olímpicos se sentaban era el verdadero poder de este, un arma masiva que controla la llama y el poder de esta, pero también era donde todos los dominios de los dioses griegos se originaban y se repartían entre los humanos.

Con tan solo sentarse en su trono un Olímpico podía controlar a todos los mortales que la llama podía alcanzar, al ser los Estados Unidos la Super potencia en todo el mundo solo siendo comparada con China y Rusia su alcance era casi global.

A lo que nos lleva a este dilema, quería matar PARA SIEMPRE a los hermanos, y por eso debía destruir sus tronos y a los dioses al mismo tiempo, pero al romper algún trono los humanos pierden la protección de su patrón.

Siendo Zeus el Dios del cielo, sería lo mismo que dejar a su merced a los humanos que volaran por los cielos, a Hades seria dejar de recibir almas y que estas fueran consumidas por los monstruos volviéndose cada vez más fuerte, por lo tanto, necesitábamos quienes los suplantaran.

Ahí es donde entraba Hathor.

-Lady Hathor lo vera pronto- dijo la diosa llegando conmigo y dándome una tarjeta. -Por favor suba al piso 100 ahí ella lo espera- dijo y ella regreso a su puesto.

Asintiendo me dirigí hacia el elevador y subí al piso 100.

Los egipcios eran unos de los muchos panteones que estaban por desaparecer, ya que ellos no sobrevivieron a su apocalipsis, solo quedando 100 dioses y 4 de sus principales.

Bastet, Anubis, Hathor y Horus el ultimo estaba atrapado por le eternidad en una estatua sin poder hacer nada más que dar sus bendiciones y ver el mundo.

Derrotados llegaron a los Romanos para que les dieran asilo, donde Afrodita en ese tiempo Venus intercedió por ellos, logrando que fueran tratados como invitados no como esclavos que el Olimpo quería en un principio.

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