Capítulo 24: Callejón.

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Blüdhaven era una ciudad bastante lluviosa. Durante gran parte del año había lluvias ligeras que si bien no se tornaban fuertes ni se convertían en tormentas, duraban casi todo el día. Las lluvias ayudaban a la atmosfera deprimente que se vivía en la ciudad.

Después de más de dos años viviendo allí, Wallace sabía que siempre debía llevar un paraguas consigo al salir de casa. Aprendió su lección luego de ser sorprendido por las lloviznas muchas veces y si bien podía correr a casa sin mojarse, desde que se propuso a no usar sus poderes para nada que no fuera absolutamente necesario, evitaba hacerlo.

Después de varias experiencias vividas, el joven nunca dejaba su paraguas. Era un pez más en el océano de paraguas que transitaban por la ciudad, pero él fue el único que se detuvo y frenó la marea cuando al pasar por un callejón, un sonido atrajo su atención.

El joven pelirrojo, vestido con un saco café, rompió la fila de tránsito y se adentró al callejón, algo que poca gente se atrevía a hacer en una ciudad como esa pero él no tenía de qué preocuparse, además pronto encontró la causa de ese ruido y al verla, una sonrisa se dibujó en su rostro.

El joven pelirrojo, vestido con un saco café, rompió la fila de tránsito y se adentró al callejón, algo que poca gente se atrevía a hacer en una ciudad como esa pero él no tenía de qué preocuparse, además pronto encontró la causa de ese ruido y al...

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Richard admiraba la ciudad cubierta por la lluvia desde las ventanas de su departamento. Esperaba que su novio estuviera bien pues ya estaba tardando y aunque solía ser él quien se olvidaba del paraguas, su tardanza le hacía creer que quizás quedó atrapado en la lluvia.

Ese día cumplió con su turno como patrullero y al llamar a Monte Justicia descubrió que todo estaba bien y su supervisión no era necesaria, la lluvia se interpuso en su idea de vigilar las calles así que optó por volver a casa y pasar el resto del día con tranquilidad. Quería sorprender a su novio así que se encargó de preparar la cena pero éste no aparecía aún.

Pasaron 10 minutos más, el ébano se encontraba terminando de lavar la loza que usó para cocinar cuando escuchó las llaves en la puerta y en cuestión de segundos escuchó que ésta se abría.

-Bienvenido, te estaba esperando – Dijo dándole la espalda mientras enjuagaba una cuchara. La colocó en el secador de trastes y se dio la vuelta - ¿Ocurrió algo? -.

Dick había pensado que quizás se quedó atrapado en la lluvia, también pensó en la posibilidad de que un trabajo le llegara de último momento o que su jefe o algún detective lo detuvo para repasar algún caso. Pensó en muchas posibilidades pero no pensó en esa.

Su novio estaba parcialmente mojado pese a que tenía una sombrilla en una mano acompañado de dos bolsas de plástico y quizás tenía que ver con el cachorro que sostenía contra sí con el otro brazo.

-Ah... ¿Qué es eso? -.

-Es un perro -.

-Un perro -.

-Un perro -.

-Un perro... ¿Y de dónde salió? – Cuestionó aún estupefacto y muy confundido.

One Life With Bird and a Flash Tomo II - BirdFlash - DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora