Capítulo 11: Amor.

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Estar suspendido había traído un par de cosas inesperadas para Dick. Una de ellas había sido la posibilidad de salir con sus viejos amigos luego de tanto tiempo sin verse, otra había sido poder comer bien a la hora adecuada, el mismo caso había sido el del sueño, pero sin duda la mejor de todas fue poder pasar tiempo con su pareja.

-¡Viejo! Estuvo increíble - Wallace West salía de la sala de cine mordiendo la pajilla de su vaso mientras tomaba de la mano a su novio.

-Tengo que admitir que no estuvo mal - sonreía Dick, también complacido por la función.

La pareja había decidido tener una cita ese sábado y su primer destino después de desayunar fue el cine del centro comercial más cercano a su hogar.

-¿Qué te gustaría hacer ahora? - preguntó el pelirrojo.

-Un paseo por el lugar suena bastante bien, podríamos almorzar después - no es que Dick tuviera hambre después de las palomitas y las demás golosinas que habían comprado para la película, surgiría aquello porque sabía que su pareja tenía un estómago sin fondo.

-¡Bien! - Wallace sonrió como si siguiese siendo el mismo chico de 16 años, tan jovial como siempre.

Sin soltarse de la mano, la pareja dio un paseo por el lugar, dando un vistazo a las diferentes tiendas, tomándose su tiempo para ver cada cosa que llamara su atención. Ninguno de los dos recordaba muy bien cuándo fue la última vez que habían tenido una cita, sus trabajos los mantenían demasiado ocupados para pensar en ello.

Eran un forense y un policía, naturalmente estarían ocupados, pero no podían quejarse ya que fueron las profesiones que ellos mismos eligieron por su convicción y gusto propio. No podrían estar más que felices de estar transitando ese camino juntos, por más complicado que a veces pudiese ser.

Aprovecharían cada oportunidad que el mundo les brindase para pasar tiempo juntos, como en ese momento, aunque cada tanto Wallace se la pasara revisando su comunicador de bolsillo.

Se suponía que Wally tenía libres los fines de semana, pero en el caso de haber una emergencia debía acudir al lugar donde lo citasen sin importar qué se encontrara haciendo en ese momento, y siendo Blüdhaven la ciudad tan problemática que era, ya había tenido que responder a unos cuantos llamados. Dick no se molestaba por esto, pues era el mismo caso con él.

La pareja continuó con su cita, que más que cita parecía un simple paseo, pero para ellos era muy agradable. No todos los días podían pasar un rato tan agradable con su amado. Luego de un rato se habían detenido en una heladería para tomar un delicioso postre, y con un cono de lado cada quien en la mano, continuaron con su paseo. Todo tranquilo hasta que la mirada vibrante del pelirrojo se encontró con algo.

-¡Dick, mira! -.

Los ojos azules de Grayson siguieron el dedo de su pareja hasta toparse con una brillante atracción.

-Wally... -.

-¡Vamos! - no esperó a que protestara, ejerciendo un poco más de fuerza en su agarre, lo arrastró hacia aquel cúmulo de brillo.

Era común que en los centros comerciales hubiese áreas de juego para los niños, muchos de ellos contaban con el clásico trenecito de paseo que solía ser la atracción principal en navidad, pero ese centro comercial contaba con otra cosa. Un brillante carrusel con blancos caballos llamaba la atención de chicos y grandes. Ese día llamó la atención de Wallace Rudolph West, quien arrastró a su novio hasta él.

-¡Mira, Dick! ¿no crees que es genial? -.

-Es muy bonito - dijo entre risas por la inexplicable fascinación de su novio.

One Life With Bird and a Flash Tomo II - BirdFlash - DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora