Capítulo 6: Petirrojo.

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No hay tiempo definido para adaptarse a algo.

Muchas personas te dirán que para acostumbrarse a ciertas cosas, tomará un determinado tiempo pero la verdad era que eso era mentira. Todos se toman los cambios de maneras diferentes, todos pasan por un tiempo de adaptación y aceptación diferente.

Wally West podía decir que a casi un año de haberse mudada a Blüdhaven, aún no se acostumbraba por completo a la ciudad, todavía le parecía demasiado oscura y tétrica. Estaba seguro que le tomaría más tiempo acostumbrarse.

Pero sin duda, a lo que se había acostumbrado más rápido que a otra cosa jamás en la vida, era a compartir su vida con su dulce novio.

-¿Y te divertiste? -.

-La pase bastante bien – Dick abrió la puerta de su hogar y entró en compañía de su pareja – Alisson se veía muy bien -.

-Viejo, debo admitir que los eche de menos – West cerró la puerta detrás de sí.

Ambos jóvenes se veían bien, estaban perfectamente arreglados y no era para menos, ya que estaban volviendo de una reunión con Arthur y Alisson, los amigos de West de la universidad.

-Se veían realmente muy felices -.

-No es para menos Wally, acaban de casarse – Dick se quitó su chaqueta negra y la arrojó al sofá.

-¡Lo sé! ¡aún no puedo creerlo! – expresó con total sorpresa arrojándose al sofá.

-Creí que Arthur te contó de sus planes desde antes -.

-Lo hizo, pero no pensé que en verdad lo fuera a hacer – rió un poco – fue genial de su parte llamarnos para salir en cuanto volvieron de su luna de miel -.

-Lo sé, son buenos amigos – Dick estaba en el fregadero lavándose las manos – me sentí un poco culpable por todas sus disculpas -.

-Lo sé, yo también, me sentí tentado a contarles la verdad para que dejaran de disculparse cada 15 minutos – Wally rió una vez más, recordando cómo sus amigos se disculparon constantemente por hacerlos ir hasta Central City para reunirse.

Central City quedaba algo lejos de Blüdhaven, para llegar se hacía una hora en auto y cerca de dos en autobús y como ellos no tenían automóvil, sus amigos dieron por sentado que utilizaron el autobús. Los pobres no se imaginaban que llegaron a la ciudad en cuestión de minutos gracias a los poderes de West.

-Oye ¿es enserio lo que le dijiste a Arthur? -.

-¿Qué de todas las cosas? – se echó hacía atrás pegando la espalda y la cabeza al sofá, intentando verlo.

Dick se terminó de secar las manos y se acercó al sofá por detrás, tomando entre sus manos la cabeza de su chico.

-Lo de comprar un auto -.

-Oh, eso, sí, es enserio -.

-¿Estás seguro? ¿no crees que no tiene mucho sentido? – inquirió curioso por tal decisión – puedes llegar a cualquier lugar del mundo en cuestión de minutos con sólo correr -.

-Es verdad pero no es por eso que quiero comprar uno -.

-¿Entonces por qué? – Dick rodeó el sofá para sentarse a un lado.

-Es más una cuestión de apariencias – torció las cejas – o quizás de ley natural o algo así -.

-Explícate – presumía de ser muy inteligente y un gran estratega pero había veces en las que las respuestas de su novio eran tan ambiguas y extrañas, que no podía entenderle por completo sin que le explicara.

One Life With Bird and a Flash Tomo II - BirdFlash - DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora