EODL: doce

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Una semana después cuando Jeongguk le dijo que llegarían invitados a la mansión fue que Yoongi lo notó.

Ese día él había procurado vestirse lo mejor posible, rebuscando en el closet con ropa sin estrenar para ver que le vendría bien, incluso mandó a Kihyun a comprar un spray que le tiñera el cabello de negro, al menos por unas horas. Y no es porque no le gustara el suyo, simplemente era porque el negro era elegante y combinaría bien con el traje blanco que eligió usar.

Él bajó hasta la sala a pasos cuidadosos y fue a sentarse en el sofá mediano, poco después llegó Minhyuk y de ahí su suegro.

Pero Lehaní no se encontraba ahí.

Quizás estaba más preocupado en encerrarse en la habitación por horas y luego escapar cuando Jeongguk se iba a trabajar, que ni siquiera se percató de su ausencia, es decir, a duras penas y veía a su marido porque el trabajo se le acumuló desde que él comenzó a faltar.

¿Cómo darse cuenta?

El líder llegó a su lado, sentándose con él, y ahí le preguntó.

-¿Dónde está tu madre? -le observó frunciendo el ceño cuando la expresión del azabache cambió, compartiendo miradas con los otros dos Alfas ahí presentes-. ¿Y bien?

Jeongguk se lamió sus propios labios con nerviosismo antes de responder.

-La corrí de la casa -dijo sin más.

La expresión en el omega fue un poema, de verdad que se encontraba alejado de todo el mundo a su al rededor como para no haberse enterado de ello.

-¿Qué, por qué? -preguntó, ladeando su cuerpo para tener mejor visión del menor.

El líder miró en dirección a su hermano, y Minhyuk asintió, indicándole que era buena idea decirle.

-Ella fue la culpable de que terminaras en el hospital -comenzó a decir-. Fue quien te dio el somnifero, para que cuando tú estuvieras dormido, tomarte fotografías con otro hombre y así entregármelas a mí y que yo me enojara contigo. Evidentemente el plan no le funcionó.

Yoongi se quedó boquiabierto de la impresión, no podía creer que todo su dolor se lo debía a esa mujer. Había confiado en sus disculpas, pensando que en verdad ella quería mejorar y llevar una buena relación con él.

Antes de que pudiera decir algo, el timbre resonó en toda la casa y todos se pusieron de pie. Jeongguk lazo su mano con la de Yoongi y le indicó que le siguiera hasta la entrada para recibir a los visitantes.

Al abrir la puerta, se encontraron con una pareja, el más alto de ellos reverenció, y Jeongguk también lo hizo.

-Mucho gusto en volver a verle, líder Jeon.

-Igualmente, líder Kim -sonrió, apuntando con su palma abierta a Yoongi después-. Él es mi esposo, Jeon Yoongi.

-Es un placer conocerles -Yoongi inclino la cabeza.

-El es mi luna, Kim Hoseok, y yo me llamo Kim NamJoon -presentó a ambos, ya que el pálido obviamente no los conocía.

Yoongi estiró su mano cuando el otro Omega lo hizo, apretando el agarre en un cálido saludo.

-Ustedes hacen una hermosa pareja -Hoseok les halago, provocando un sonrojo en el -por ahora- peli negro.

-Gracias -Jeongguk se hizo a un lado junto con Yoongi-. Pasen por favor.

Namjoon ante la invitación negó apretando los labios, Hoseok por su parte esbozo una mueca entre molesta e incomoda, alejándose de su Alfa.

-En el camino nos hemos encontrado a alguien y nos pidió ayuda -comentó el Alfa-. No sé cuál sea el problema, pero estoy seguro de que como familia pueden solucionarlo.

El Omega del Líder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora