EL OMEGA DEL LÍDER TEMP.1
Jeon Jeongguk el respetable líder de la manada de Busan ha decidido darle nueva Luna a su pueblo.
Un chico que definitivamente va en contra de las reglas que se han llevado a cabo durante generaciones.
▫️Previa: 25/03/22 In...
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Las paredes en aquella habitación de hospital parecían hacerse más angostas con el pasar de los minutos.
Yoongi se mantenía recto en la camilla, únicamente mirando al techo; ahogándose en un llanto silencioso, agradecía que Jeongguk aún no pasaba a verle porque entonces terminaría por quebrarse.
El agujero en su alma se estaba haciendo cada vez más profundo y no sabía cuánto más tenía que soportar eso. Cerro los ojos respirando profundo, su cuerpo sacudiéndose en pequeños espasmos que el llanto le provocaba.
Con ambas manos se tapó el rostro, queriendo ahogarse con sus propias lágrimas para calmar la tormenta dentro de él, pero entre más lo intentaba más se le dificultaba, y cuando la situación lo sobre pasó, lanzó un grito ensordecedor que retumbó en las cuatro paredes. Un sollozo lastimero comenzó a emerger, a la vez que con ambos puños pegaba a la camilla, deseando estar tres metros bajo tierra para no sentir ese vacío que lo estaba absorbiendo poco a poco.
Gritó una vez más, luego dos, su garganta comenzó a arder y de ahí llegó la cuarta vez, el aire a faltó, pero eso no detuvo el dolor en su corazón.
-Es-estrellita -titubeó sosteniéndose así mismo por los hombros, buscando consuelo-. ¿Por qué, Dios? ¿Por qué a mí? -tosió un par de veces sorbiendo su nariz-. No puedo, no puedo...
¿Qué clase de castigo divino era ese? El darle la sorpresa de que creaba vida en su cuerpo, y que en un abrir y cerrar de ojos le arrebataran ese nuevo sueño.
Yoongi no sabía que quería ser padre. hasta que se enteró y asimilo que lo sería.
Inspiró profundo antes de que la puerta fuera abierta.
-No quiero ver a nadie -pidió entre balbuceos.
-Yoongi, por favor...
Su respiración se detuvo momentáneamente, ni siquiera con el valor suficiente de encarar a Jeongguk porque sentía que era culpable de lo sucedido.
-Por favor -el azabache se acercó a él, y Yoongi cerró los ojos negando repetidas veces.
-Vete, vete, vete -le exigió, negando la cara y volteando hacia otro lado cuando sintió que la mano ajena le rozaba la mejilla-. Lo arruine, tienes el derecho de irte, Jeongguk.
-No lo haré, amor -él le dijo, sentándose en el banquillo a un lado y tomando su mano con fireza-. Te quiero ¿Bien? Te quiero más que a nada en el mundo y no voy a soltarte. Por favor... Si caes puedes llevarme contigo, te seguiré siempre.
El Omega volteo a verle, observando que su esposo estaba tan desastroso como él.
Su pecho se estrujo en culpa.
Estaba haciendo sufrir a Jeongguk, la persona que parecía querer regalarle el mundo cada vez que le besaba.
-Perdón -musito, aspirando-. Debí decirte, debí cuidarme, debí protegerlo, pero no sé qué pasó.