EODL: dieciséis

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Yoongi jugueteó con sus dedos en la barra de aquella cafetería, esperando a que su pedido se le fuera entregado.

Ese día en especial, había decidido dejar el trabajo atrás un por un rato, y salir con su esposo como cualquier gente normal. Bueno casi normal, porque a cada rato les estaban tomando fotografías como si fueran celebridades.

Yoongi no se quejaba. Bueno solo un poco, y eso del bendito sol que le quemaba los ojos, por eso había traído unos lentes oscuros, porque su vista últimamente sufría ante cualquier destello y lo dejaba cegado por un buen período de tiempo.

-Hola, ¿No eres de por aquí, verdad?

No, soy un pueblerino.

-Sí -el pálido miró a su lado, un Alfa le estaba dirigiendo la palabra-. Vivo en los barrios altos.

-Ow, ¿En serio? ¿Y de que familia viene un lindo Omega como tú?

Yoongi frunció el ceño, a punto de contestar, pero por suerte el beta que le atendió llegó dándole una bolsa de papel con los panes que había comprado y una charola con los chocolates.

-Hey amigo -el dependiente le habló al Alfa, estirándole una revista, pero este y apenas lo miró.

-No compro, gracias.

El peli gris sonrió por lo bajo buscando los billetes necesarios en su cartera para pagar.

-¿Cuánto es, disculpe? -preguntó.

-Once mil won, señor Min.

-¿Señor Min? ¿Tienes hijos?

Bendito Alfa insistente, pensó Yoongi. Le extendió el dinero al Beta, sonriendo agradecido.

-Hasta luego, Yang -se despidió y el chico le sonrió, yéndose a la cocina. Luego él encaró nuevamente al Alfa, tomando la revista de la barra para ponérsela frente a la cara al tipo-. Me dicen señor Min, porque soy esposo de tu líder. Igualado.

Y se fue, dejando al Alfa con la boca abierta de la impresión y miedo.

Al estar fuera del local, se bajó los lentes de la cabeza, dejándolos descansar en el puente de su nariz, y caminó en busca de Jeongguk, aseguraba haberlo dejado frente la cafetería, pero ahora su esposo parecía haber desparecido de la faz de la tierra.

Suspiro con molestia, su olfato estaba fallando y no podía percibirlo, menos con la mezcla de aromas a su al rededor, sacó su teléfono a punto de llamarle, hasta que dándose la vuelta, lo visualizó en la esquina de la calle hablando con unas mujeres.

Guardo su móvil, haciendo maniobras con la bolsa de pan y avanzó hasta él, tratando de no interrumpir sea lo que sea que hablaran.

-Las caravanas ya están listas líder, solo nos falta que nos diga los colores que quiere utilizar este año. Recuerde que su cumpleaños pasado fue rojo y negro.

El Omega se detuvo por completo, o sea ¿Cumpleaños? ¿El cumpleaños de Jeongguk se acercaba y él lo había olvidado por completo?

-Quiero que sean colores degradados entre gris y azul, ¿A qué hora tengo que estar mañana?

-A las nueve empieza el recorrido, será desde la frontera con Daegu hasta llegar a las playas de Busan.

Mañana, mañana, mañana, mañana.

-Okay, gracias por su arduo esfuerzo. Aunque este año no pensaba celebrar nada -Jeongguk rio con nerviosismo-. Pasen lindo día, chicas.

Ellas sonrieron tímidas y se fueron de ahí, Yoongi terminó por acercarse antes de que el Alfa se diera la vuelta, ambos se sonrieron, yendo directo al parque central.

El Omega del Líder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora