El Omega del Líder

EODL: siete

Las tardes sin Jeongguk eran normales en su vida, pero al saber que él estaba lejos, le hacía sentir pésimo. A pesar de auto-convencerse de que estaba bien sin él y que no debería de ser dependiente a su esposo, el malestar en su pecho continuo.

Yoongi miró el dulce de leche en su mano, el mal en su corazón descendió a su estómago y unas ganas de vomitar lo invadieron.

Agarró el tacho que tenía a un costado para esa clase de emergencias, y todo lo que desayunó y comió fue a parar dentro del recipiente.

-Mierda -se quejo, tirando el dulce junto con sus desechos y caminando al baño de la oficina.

Lavo sus dientes y enjuagó su rostro para volver al trabajo, no sin antes arreglar un asunto.

-Jooyeon -llamo por el teléfono-. Por favor manda a alguien de limpieza y pide que me traigan un nuevo bote de basura. Gracias -sacó su pluma y exhalo tomando una carpeta-. Bien, ¿Qué nos espera ahora, estrellita? Por favor no me des guerra en las siguientes dos horas y estaremos en paz.

Sus tripas gruñeron como protesta y el omega bufó.

-Gracias estrellita, eres un gran hijo -se quejó, tomando el teléfono de nuevo, aunque en realidad era una necesidad básica de su cuerpo, pero últimamente la culpa de todo lo tenía su feto-. Jooyeon por favor tráeme Bulgogi del restaurante de la esquina, pero que no te lo den en desechable porque agarra un sabor horrible. Gracias.

Ah, sería una larga tarde.

(...)

Lehaní no le sacó la mirada de encima desde que piso la mansión. Ella estaba en la sala tomando té tranquilamente, nada perturbando su paz, ni siquiera Yoongi.

-Buenas noches -incluso le saludo-. Es hermoso tener la casa sin Alfas ¿Verdad?

Con que eso era.

Yoongi se quitó la gabardina que le arropaba junto con su saco, y desató su corbata.

-No, extraño a Jeongguk -ante su respuesta Lehaní viró los ojos, pero no dijo nada-. ¿Ya cenó?

-No, me dolía la cabeza y me prepare un té, puedes servirte si quieres -apuntó con su rostro a la mesilla del centro con la tetera y los pocillos.

El Omega se alzó de hombros asintiendo, estaba demasiado cansado y soñoliento, así que necesitaba algo que lo relajara antes de meterse a la ducha.

Se sentó en el sofá frente a Lehaní después de servirse un poco y llevó el liquido a su boca, estaba aún caliente así que inhaló el vaho por lo mientras.

-Manzanilla y canela -murmuró.

-Quisiera pedirte disculpas por lo mal que me porte contigo -ella dijo de la nada, acomodándose en su lugar-. Sé que no es excusa, pero estaba celosa de que tú pudieras hacer lo que quisieras, cuando yo no tuve elección.

El Omega le miró cauteloso, bebiendo un poco de té antes de contestar.

-Todos tenemos elección -contestó-. Que usted haya decidido seguirle la corriente del populacho es diferente.

-Lo sé, pero no. Mis tiempos eran crueles, cualquier indicio de rebeldía era castigado a golpes que te dejaban moribundo -sonrió ida, como si estuviera recordando-. Hubiera deseado ser más como tú.

Yoongi se puso de pie, bebiendo todo de la pequeña tasa en un sorbo, para después dejarla en la mesilla.

-Aún está a tiempo -dijo, tomando sus cosas y caminando hacia el piso de arriba.

Lehaní le miró irse, soltando un suspiro ella dejó de fingir tristeza y se levantó para caminar a su habitación, al llegar sacó su teléfono para realizar la llamada que tenía en cita.