EODL: veintinueve

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Estar en la oficina con la sensación de desconfianza inundando todo su ser, provocaba que Yoongi no se pudiera concentrar. Por eso esa mañana cito a Jooyeon para despedirla de una vez por todas.

-Buenos días, señor -ella le saludo haciendo una reverencia.

-Buenos días, no te sientes por favor -entrecerró los ojos-. Iré al grano contigo, eres una Alfa muy linda, pero tu aroma es asqueroso y no voy a dejar que te impregnes en esa silla para que cuando venga mi esposo se marque sin saber. Lo diré fácil, Jooyeon; Estás despedida.

La chica quedó pálida de la impresión, tratando de formular alguna palabra y soltando puros balbuceos.

-¿P-por qué? -preguntó casi exaltada.

-Te acabo de dar una razón hace unos segundos -sonrió irónico-. No estoy en contra de que te gusten los alfas, estoy en contra de que te guste lo que es mío. Jeongguk es mi destinado, mi esposo, mi Alfa, y yo soy suyo, le voy a dar un hijo -dijo dando énfasis al pronombre personal, y con la mano donde tenía su anillo de bodas se tocó el vientre-. No me gusta que quieras imponerte de esa forma sobre mí, así que lárgate, desde este momento quedas fuera de Daehix Industries.

En ese instante la puerta se abrió, dejando ver a Minhyuk. El Alfa observó primero a Yoongi y después a la asustada chica, ella se acercó a él.

-Señor Jeon -llamó-. El Omega me quiere correr porque disque marcó al líder con mi aroma, eso es injusto y totalmente una mentira.

El Alfa apretó los labios y alzó las cejas balanceándose sobre su lugar, haciéndose a un lado de la puerta.

-¿Y qué haces aquí todavía? -le preguntó.

Jooyeon soltó un gruñido empujando su hombro con el del menor, yéndose de ahí de una vez por todas. Minhyuk rió divertido, adentrándose a la oficina y cerrando la puerta.

-Jeongguk ya me dejó libre, puedo regresar a mi antigua vida desde hoy -comento, sentándose en la silla frente al escritorio-, pero antes de irme, quería venir a invitarte a comer.

Yoongi se sentó también, largando una exhalación.

-¿A dónde? ¿Y a dónde te irás?

-A tu restaurante favorito, y volaré a Alemania por la noche -cruzó las piernas, colocando sus manos sobre sus rodillas.

-Pensé que te quedarías hasta que termine mi embarazo -Yoongi hizo un puchero fingiendo tristeza.

-¿Embarazo? -Minhyuk abrió de más los ojos, enderezándose de la sorpresa-. No sabía que estabas preñado.

-¿No te dijo Jeongguk?

-Ni siquiera se me quiso acercar, se encerró en el laboratorio y advirtió que quien no estuviera usando supresor de aroma no podría entrar para nada -viró los ojos, y Yoongi se sonrojo levemente por el recuerdo de hace unas noches.

-Pues ahora ya lo sabes, tengo un mes -alzó las cejas dos veces-. Los síntomas los está sintiendo él, así que no me vendría mal comer bulgogi y tomar chocolate.

-El chocolate lo hizo vomitar, y eso que sólo lo olio -se rió.

Ambos se pusieron de pie y caminaron fuera de la oficina hasta el elevador, adentrándose en este. El Omega aprovecho eso para mirarse en los espejos laterales y arreglar su traje y cabello, sacándole una risa a Minhyuk al ser tan vanidoso.

Llegando a la primera planta, el menor se puso en alerta al percibir un aroma demasiado fuerte, incluso lo hizo sentir mareado. Yoongi por su parte, no lo sintió tanto porque estaba marcado, y era de casta alta.

El Omega del Líder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora