El Omega del Líder

LFL: dos

Veinticinco de agosto, su cumpleaños.

Kyungmin recuerda que una vez Minho le contó que él era muy perezoso porque demoro en salir del estómago de su padre, y que el día en que nació, estaba arrugadito, Jisung se burló mencionando muchas veces que estaba cocido/hervido, y que si pasaba un día más en el vientre de Yoongi, saldría hecho un abuelito.

El Alfa se sintió conmovido por aquel dato, y luego deseo que eso se lo hubiesen contado sus padres.

Jodida mierda.

—Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti~ feliz cumpleaños Kyunnie bonito~ feliz cumpleaños a ti —Byeol-yi le salto encima en plena mañana para despertarlo.

El Alfa sonrió adormilado y la abrazo fuerte provocando que ella gritara para ser liberada.

—¡Oppa, hay pastel! —le aviso removiéndose—. ¡Papi los mando a comprar para al rato, dice que los hizo el tío Lix!

—¿En serio? —la pequeña asintió—. ¿Y dónde está papi?

—Trabajo —dijo únicamente.

Kyungmin gruñó por lo bajo, liberando a su hermana para levantarse de la cama, tallando su rostro un par de veces para despabilar. Byeol-yi le dijo que regresaría cuando estuviera listo, y él asintió como respuesta, tomándose el tiempo para asearse y después checar sus redes sociales y mensajes.

A decir verdad, se impresionó al notar a Jeongguk de primera en su bandeja de entrada, y ser el primero en su mensajería significaba ser el último en saludar. De todos modos se metió a ese chat para ver que decían los dos únicos párrafos que marcaba la app.

Jeongguk Papá♡:

>Hey campeón, feliz cumpleaños #17🎉🐺 Portate bien, y cuídate.

>Lamento no estar ahí hoy, Yoongi se encargará de abrazarte por mí. Regreso pronto.

«Que conmovedor» Kyung pensó, enviando sólo unos emojis como respuesta, asegurándose de poner un estado agradeciendo a todas las demás felicitaciones de sus amigos y no tan amigos, para así no tener que hacerlo uno por uno.

Justo cuando estaba por salir de su habitación, está se abrió recibiendo a Heeseung.

—Hey, bro —le saludo, él se veía recién despertado—. Solo pasó para decirte que estoy feliz de que nacieras, gracias por ser mi compañero de crimen a pesar de estar todo mocoso.

El peli gris sonrió acercándose para abrazarlo, ambos dándose unas palmadas amistosas.

—Gracias, Hyung —murmuró—. Me ayudas todo el tiempo y siempre estás ahí, no sé cómo te lo pagaré.

El castaño se alejó con un ademán para restarle importancia. Heeseung siempre se mantenía cerca de Kyungmin porque aparte de vivir con él, conocía su situación. Una vez lo encontro a punto de meterse unas sustancias ilegales y desde entonces se prometió que, en lo que pudiera, Kyung no fuera por un mal sendero, siempre preocupándose.

A veces bromeaba conque el peli gris era el hermano que nunca tuvo, pero la realidad era que así lo sentía.

Ambos se complementaban como almas gemelas, quitando el morbo amoroso y sólo considerando aquello como una hermosa amistad que, esperaban nunca acabará jamás.

—De una vez te digo que mi papá está abajo esperándote con unas cerbatanas —apretó los ojos por la luz clara—. Iré a dormir de nuevo.

Kyungmin asintió mostrándole su pulgar como afirmación y Heeseung desapareció tan rápido como llegó.