El Omega del Líder

LFL: tres

—¡Papás por favor! —Heeseung se movió haciendo un berrinche, no avergonzado de que Kyungmin estuviera viendo tales actos—. ¡No quiero ir a la fiesta de Hyori, me cae mal!

Jisung le miró enmarcando una de sus cejas, esa era la señal para que el castaño diera retirada.

—No digas eso, cachorro —Minho se acercó abrazando a su omega por la espalda, así ya no iría y degollaría a su hijo—. Ella te quiere mucho, solo conócela y verás que no es como la pintas, ¿Verdad, Kyungmin?

Ante su inclusión en la conversación, el mencionado dejo de divagar para mirar sin expresión a los presentes.

—Uh, sí claro —murmuró no muy convencido del tema.

—No me ayudes, mocoso —Heeseung le dijo, rindiéndose al final.

Los dos menores tuvieron que ir a la casa de los Hwang, uno más que obligado. Lo único bueno es que Heeseung no tendría que usar su genial auto ya que el chófer de Kyungmin los llevaría hasta su destino.

Y sí, su "genial auto" eran sus piernas porque no tenía siquiera una bicicleta.

—Mi incentivo de ahí será Yeong —murmuró desanimado.

El peli gris esbozo una mueca entre apenada e incomoda.

—Hyo es muy buena persona, Hyung —replicó—. Además es linda, su cabello es suave y muy café, también tiene bonitas mejillas y sus ojos lobunos son preciosos igual.

—Ja —Heeseung le miró irónico—. Que miedo que me mire de repente con esos ojos todos extraños, me chupan el alma.

—El tío Lix cuando muta tiene ese color, Hyori lo heredó de él —sonrió de lado—. Creo que deberías de darle una oportunidad, además no me gusta que Yeong te trate mal.

—Hace lo mismo que hago con Hyori, admito que me lo merezco.

Kyung no dijo nada al respecto, porque le daba la razón en eso. Media hora más tarde ambos llegaron a la casa de los Hwang, a comparación de su fiesta de cumpleaños, la de Hyori sólo tenía por invitados a puros adolescentes. Ella era popular en la escuela y muchos querían a la chica.

Bueno "muchos" no tenía incluido a Heeseung, claro está, pero eso es lo de menos.

Al tocar la puerta, fueron recibidos por la hermosa Omega, ella miró primero a Kyung y lo saludo, para luego abrazar a Heeseung con cariño.

—Pensé que no vendrías —le dijo.

—No iba —le alejó con cuidado—, pero me obligaron, así que.

Hyori sonrió cubriendo su tristeza con sus dientes perfectamente alineados y recibió el regalo de Kyungmin, quien desapareció en un instante para no presenciar ese momento tan incómodo. La castaña se quedó en espera del regalo de Heeseung y él cayó en cuenta de eso, sacando una cajita que traía en el bolsillo de su jean.

—Ten, pequeño como tu cerebro —alguien dele un premio a ese galán.

La Omega sonrió en grande, ahora sinceramente. No tardando para destapar la cajita y mirar el par de aretes en su interior.

—¡Seungie, combinan con mi vestido! —exclamó emocionada—. Iré a ponermelos a mi habitación, pasa.

Hyori desapareció en un instante y Heeseung suspiro aliviado, adentrándose a la casa.

Kyungmin por su parte, se encontraba escondido en la terraza con un boul de papas que robo de la mesa de bocadillos, los malditos matones de su escuela también estaban invitados a la fiesta de su prima, eso era tan jodido como su existencia.