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Originalmente su plan había sido esperar a Hank y pasar una última noche con el antes de irse a casa a morir lentamente mientras el tipo que le había jurado amor eterno era feliz con quien tanto había esperado y buscado, pero este no había aparecido hasta muy entrada la madrugada y después de tomar una larga ducha nisiquiera se había ido a la cama con el. No...el teléfono había empezado a sonar y el alfa había corrido afuera de la habitación para contestar, Ty se había levantado a ver que sucedía.

-No te preocupes yo me encargo, si mañana hablaré con el y dejaré las cosas claras -el alfa corto, Ty quería desaparecer ante la realidad que lo golpeaba, el omega volvió a la cama pero el alfa non vino por lo que salió dispuesto a enfrentar lo que sea que le fuera a decir. No lo logró ya que Hank estaba dormido sobre el sofá de la sala, Ty se sintió como un completo idiota, el estaba en la habitación y el tipo prefería dormir solo en el sofá que ir a acompañarlo. Por la mañana Hank entro a la habitación pero al ver que Ty dormía se marchó al trabajo dándole un beso, Ty tuvo que reunir todas sus fuerzas para no llorar y demostrar que ya estaba despierto, pero en cuanto el apartamento estuvo solo lloró casi a gritos. El dolor que esto le producía era indescriptible, dolía como nada había dolido antes y sólo quería volver a ser feliz, quería que los días simples en los que salían a comer y luego hacían el amor volvieran.

-Pero no volverán -el omega se paro frente a un espejo y con los ojos llenos de lágrimas por el dolor se fijo en su reflejo, había adelgazado en este último y tormentoso mes, su hermana tenía razón y aunque él nunca había sido vanidoso aún así podía ver que su aspecto era deplorable-. No puedes dejarme si te dejo primero -se dijo en voz alta, sin más entró a la ducha; después se vistió con la ropa que una vez dejara en este lugar incluida la chaqueta que había dejado en el auto de Hank cuando lo hicieron la primera vez. No iba a llevarse nada de lo que ese alfa había comprado para, aparte del viejo collar, ya no era necesario que usará uno porque estaba marcado. Pero ahora le avergonzaba que los demás vieran su marca así que tomó el collar y con todo el dolor de su alma se lo puso y suspiro mientras se miraba en el gran espejo de la habitación por última vez. Lo había decidido, no había vuelta atrás y así que se puso en camino y en unos minutos el taxi lo dejó frente al edificio donde estaban las oficinas de Hank, piso 3 marcó en ascensor y en ese momento se reformulo los hechos. ¿De verdad quería dejarlo? El hombre talves no lo fuera a dejar ¿Cierto? Todo su ser grito que volviera al apartamento y esperaba a su alfa como si nada. Pero no, eso no era posible y el...el al menos esperaba salvar algo de su orgullo y dignidad por lo que entró al lugar que se veía bastante caro y refinado para ser la oficina central de una constructora.

-No puede pasar, el señor Hank está ocupado -la secretaria le impidió el paso.

-No me importa, tengo que hablar con el.

-Joven Ty...retirese o me veré en la obligación de llamar a seguridad -la mujer mayor lo miro seria.

-Vine a ver a Hank y no me lo vas a impedir -Ty se dirigió a la oficina sintiendo como sus pies quemaban y como su alma y su corazón deseaban volver al apartamento y fingir que nada de esto estaba pasando, después de todo había prometido quedarse encerrado y debería cumplir esa promesa trato de autoconvencerse-. Hola cariño.... -el omega abrió la puerta con desicion.

-¡¡¿Ty?!! -Hank lo miró con pánico.

-Hola Ty -Hank no estaba solo en su oficina-. Eres mucho más bello ahora que te veo de cerca -quien acompañaba a Hank no era un omega, era otro alfa, este tomó del mentón a Ty y lo miró a los ojos con gran dulzura y amor.

-Yo... -de repente Ty se sentía en un lecho de rosas, como si estuviera caminando sobre algodón, viviendo en un arcoiris y oliendo el más maravilloso aroma del universo mientras todo a su alrededor desaparecía dejándolos únicamente a él y a ese tipo flotando entre las estrellas nada más existía y no era necesario porque tenía la sensación de estar en paz y a salvo. El conocimiento de lo que estaba sucediendo lo golpeó rápidamente como un huracán que azota un pueblo a orillas del río y eso lo asustó.

Historias Cortas De Mpreg Y Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora