Historias Cortas De Mpreg Y Omegaverse

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-Voy a tratarte bien, no te preocupes por nada -Aiden acarició a Bex, este se quedó quieto, el deseo que este tipo despertaba en el era aterrador ya que aunque luchaba con todas sus fuerzas no podía evitar sentir como el calor se apoderaba de él.

-No quiero estar contigo -Bex desearía no entender lo que había sentido Ty cuando estuvo tan cerca de Liam porque a pesar de todo el si quería estar con Aiden a pesar de que su olor era repulsivo, la sensación de calor en su cuerpo dejaba en claro cuanto lo deseaba.

-¿Por Liam? -el alfa liberaba más feromonas que calentaban y a la vez asqueaban al omega.

-Si.

-Bueno, no hay más que mi hermano pueda hacer por ti ahora que está muerto ¿No? -acarició las nalgas de Bex por sobre la ropa, este sintió el estómago revuelto y retrocedió.

-Por favor...-algo brillo en la mente de Bex y recordó como Ty había manejadi mejor a Liam actuado dócil y sumiso en lugar de seguir llorando-. ¿Puedes darme algo de tiempo para llorar? Te prometo que en cuanto me sienta mejor seré tuyo.

-Bien, quedate en nuestra habitación y no escapes o mataré a tu...amigo omega -el alfa lo miró con lujuria y Bex se trago lo que parecía querer salir de su estómago.

-Si....

-Llevenlo, asegúrense de que este desnudo y que nadie lo toque -el alfa ordenó a 2 de sus hombres, estos lo llevaron y después de dejarlo en la habitación se fueron, tenía que salir de aquí. Estaba tan nervioso que el estrés de la situación lo tenía vomitando hasta lo que no se había comido. Sabía que tenía que escapar pero iba a ser muy difícil y lo sabía ya que tras la cortina de la ventana en la habitación podía ver la sombra de los hombres de Aiden, el resto de la noche se le hizo eterno, sus únicos consuelos eran que Malaquias estaba muerto y que la marca en su cuello seguía allí. Lo que significaba que Liam estaba vivo, no significaba que estaba bien, solo que seguía vivo y eso ya era algo. Era cerca de las 10 cuando Aiden vino por el y al ver que seguía vestido le dio una cachetada-. No me gusta ser desobedecido, cuando digo que te quiero desnudo, es porque te quiero desnudo.

-Lo siento -Bex sabía que podría conseguir más fingiendo ser obediente y sumiso que renegando por lo que reunió todas sus fuerzas y lo miró con grandes ojos-. Lo siento, no volverá a pasar -era tan difícil no saltar sobre y arrancarle la cabeza por estupido.

-Ven, te tengo una sorpresa -lo tomó de la mano con galanteria y lo llevó a una habitación que le recordó a Bex esas salas de interrogación de las películas puesto que tenía 2 grandes ventanas y 2 altavoces-. Este show va a gustarte -el tipo lo sentó en una mesa con 2 copas de vino.

-Gracias -sonrió deseando que ese vino tuviera veneno o algo.

-¿No estas embarazado verdad? -sonrió con algo de burla.

-No, no puedo embarazarme -bebió un trago.

-Lo se -se sentó en la otra silla-. Yo...se todo de ti, desde que te descubrí te estuve investigando y no podrías ser más perfecto ya que no quiero hijos.

-Ya veo -Bex sentía miedo ya que el ambiente se sentía como si un fósforo fuera a incendiar todo en cualquier momento, claramente al tipo no le importaba su Bex quería o no hijos.

-Si, eres perfecto -alguien trajo comida pero Bex no tenía hambre-. Te conozco tan bien que se que crees que soy estupido -lo tomó del cuello.

-No e hecho nada -Bex puso sus manos sobre las del alfa que oprimido levemente.

-...aún pero se que algo planeas porque repito, no soy estupido.

-No...

-Ni se te ocurra mentir, yo...yo sospechaba que mi hermano seguía vivo porque tu no estabas llorando y retorciendote del dolor por la perdida de esa maldita marca -oprimio con fuerza la mordida en el cuello de Bex.

-P-para -el aire hizo falta el los pulmones de Bex cuando esté no lo soltó.

-Se que seguramente piensas que soy un idiota y que me manejaras, pero no lo soy -lo tiro al piso ganándose una mirada de odio de Bex que rápidamente se puso de pie-. Te haré mio, no soy mi hermano y no importa que serás mío hasta que grites y supliques por mi polla -Bex lo miro sin emociones.

-Asumo que mi opinión no importa -no iba a rogar.

-No, no lo hace -Aiden sonrió al mismo tiempo que tomaba un control-. Este es tu regalo -las ventanas que hasta ahora eran oscuras se volvieron trasparentes y en una habitación estaba liam intentando destrozar el lugar y en la otra estaba Gio con las manos sobre su vientre y viendose asustado.