Capítulo 18.

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Me desperté más temprano de lo que en verdad estoy acostumbrada. Me di una refrescante ducha y comí un pan tostado con mantequilla antes de salir de mi departamento a un agotador lunes en la Universidad.

El domingo se me había pasado rápido hablando con mi nana y recordando cosas de cuando era niña. La hice desistir de la absurda idea de que yo me estaba enamorando de Camila.

Ese concepto no está incluido en el diccionario de mi vida.

"-Uno nunca sabe cuándo el amor le llega, pequeña -me dijo Rose -Pero de que llega, llega. Sin avisar y sin permiso, y hay veces en las que se va de la misma manera de la que vino..."

Sacudí mi cabeza al verme en frente de Vero y Nat por primera vez esa semana.

- ¿Qué tal, Jauregui?

-Bien, ¿Tú? -le dije.

-Excelente -contestó Nat. La miré atentamente.

- ¿Realizada? -dije al ver su rostro de autosuficiencia.

-Realizada -contestó. Eso significaba que se había tirado a la chica de su clase de historia de la sociedad americana en algún momento del fin de semana. Estaba de buen humor, y no era para menos, en realidad llevaba tras ella bastante tiempo.

- ¿Y tú, Iglesias? -le hablé a Vero.

Ella estaba seria y parecía molesta. Miré a Nat que me hizo un gesto con los hombros.

-No sé qué le pasa, así está desde que llegué -dijo

Ambas nos giramos a verla.

- ¿Qué pasa, dulzura? -le pregunté, nunca la había visto tan seria. Normalmente Vero es de nosotras, la que permanece de mejor humor.

Ella terminó de fumar su cigarrillo y lo tiró hacia un costado.

-No pasa nada -contestó secamente.

Cuando iba a reponer algo mi atención fue llamada por un auto que acaba de entrar al estacionamiento. Era nuevo, pues nunca lo habíamos visto antes.

-Woah, ¿de quién es esa belleza? -habló Nat sin dejar de mirar el auto.

Una pequeña figura se bajó de allí.

-Camila -dije sonriente.

-Mira como se le iluminó la cara -habló Vero. Me giré a verla.

- ¿Estás viva? -Dije y palmeé su mejilla con cariño -Pensé que no.

Volví mi vista a Camz. Ella cerró la puerta de su auto y con una sonrisa de oreja a oreja se acercó a nosotras.

-Hola señoritas -nos dijo.

- ¿Cómo estás, Mila? -le preguntó Vero. Ella la miró bien.

-Creo que mejor que tú -dijo ella.

-Sí, no sabemos qué diablos le pasa -dijo Nat

-No me pasa nada -soltó exasperada- ¿Acaso nunca tuvieron un mal día?

- ¿Estrenando auto? -le pregunté y logré al fin obtener una mirada fija de su parte.

Sonrió amplio.

-Si -dijo contenta -Al fin me trajeron mi auto. Ya no voy a depender de chóferes celosas y de chóferes aprovechadoras...

- ¿Eso último fue una indirecta para mí? -le dije. Nat rió.

-Más que indirecta, diría directa, dulzura -me dijo y palmeó mi espalda.

-Exacto -agregó Camila y nos miró consecutivamente a las tres - ¿Han desayunado?

My Little Obsession // CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora