#Ánimo

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[HyungWon]

—Creo que deberíamos aplicar —dijo Chang sacando una carpeta azul y poniéndola arriba de la mesa de la cafetería. Lo miré sin saber bien de qué estaba hablando. Señaló la carpeta. —Estudios de intercambio.

Hojeé apenas los papeles. —¿Países Bajos?

—Si, se abrieron las inscripciones para estudiar un año allá. ¿Qué dices? Tenemos buenas notas y además... ¡Amsterdam! ¡Imagina todas las fiestas!

—No sé...

Pensándolo bien la idea no era tan descabellada. Yo estaba teniendo unos meses fatales en el trabajo. Si bien todo seguía siendo relativamente normal, ahora tenía que ver más seguido al novio del señor Shin por la oficina porque al parecer, ahora que estaban comprometidos, el hombre había decidido que quería ver a su pareja a cada rato por lo que se lo veía rondar el edificio a cualquier hora y varias veces por semana. Había intentado tomarme las cosas con naturalidad, pero lo cierto era que estaba harto de fingir que estaba bien y que no me pasaba nada. Ahora que se había aprobado el proyecto de los genéricos, debía pasar largas horas con mi jefe en la sala de juntas y en su oficina y eso me tenía con los nervios de punta. No podía evitar sentirme mal por momentos recordando el fugaz 'romance' que habíamos tenido y a veces me desesperaba por querer tocarlo o besarlo. Los primeros días había decidido aplicarle al señor Shin la ley del hielo pero yo terminaba peor y con el ánimo por el piso. Pero aunque apenas le dirigía la palabra, lo cierto era que yo estaba totalmente perdido por mi jefe y el tener que verlo todos los días no estaba haciéndome bien. Quizás un año en el extranjero iba a ayudarme a superar este enamoramiento estúpido y masoquista que tenía por mi jefe.

—Vamos —insistió mi amigo— será genial.

Estuve un rato en silencio, repasando las opciones. Sí, quizás eso era lo que necesitaba. Alejarme de todo. Alejarme de él.

—Bien, averigua que necesitamos presentar para aplicar.

Chang levantó un puño al aire, victorioso.

—¿Qué tanto festejan ustedes dos?
—preguntó Joo dejando la bandeja sobre la mesa.

—Que nos vamos a Amsterdam —dije encogiéndome de hombros. Los ojitos de Joo se abrieron de sorpresa.

—¿Qué? ¿Cuándo y por qué no me dijeron nada? —se quejó haciendo un puchero y cruzándose de brazos.

—Porque uno, tus notas son terribles
—empezó Chang a decir mientras le robaba unas papas fritas de su bandeja— segundo, tienes un novio y si nos aceptan, deberíamos irnos por un año.

Ahora la cara de Joo cayó. —¿Un año? ¿Van a dejarme por un año?

—Tienes a Min —dije.

—Lo sé... pero si se van quedaré solo aquí.

—Deja de ser un bebé —lo retó Chang— eres la persona más popular que conozco, estarás bien.

Joo se dedicó a comer en silencio y a echarnos miradas de odio durante todo el almuerzo. Luego de eso, mi ánimo subió y empecé a revisar mis notas para ver si tenía chances de aplicar para el intercambio. Al final del día Chang me alcanzó a la salida y me dio un sobre.

—El decano nos mandó las solicitudes de aplicación. Al parecer nuestras notas son lo suficientememte buenas como para solicitar el intercambio. Leélas bien en tu casa y mañana traelas.

Más feliz me fui a mi casa, pero cuando llegué toda mi alegría se fue por un caño. Mis padres estaban esperándome.

—Al fin llegas, sube a prepararte que iremos a cenar.

You're mine / 2wonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora