|Dos|: En Busca De Verdades

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Capítulo Dos: En Busca De Verdades

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Capítulo Dos: En Busca De Verdades

Tres semanas después...

«¿Habrá sentido dolor?»

Esa es la pregunta que me hago cada mañana al despertar en las últimas tres semanas, pero ahora esa pregunta ha resonado en mi cabeza. En clase, en la tercera del día, cuando la señorita Berta no para de parlotear sobre algunas fórmulas que debemos aplicar en los ejercicios que se encuentran en la guía de física. Para ser totalmente franca, no estoy prestando atención a nada de lo que explica.

«¿Por qué llamó a Mauricio?»

«¿Alguien podía salvarlo?»

También formulo esas preguntas mientras hundo la punta de mi lápiz en el folio de mi cuaderno. Y es que la verdad, no quise saber grandes detalles sobre la muerte de Hades, sólo me quedé con la afirmación de que su muerte había sido producida por un suicidio y ya, no quise saber cómo fue, a qué hora fue, quien lo encontró. Tuve y tengo miedo de saber más porque sé que eso me matara un poco más.

Le hago tanta presión a la punta del lápiz que esta se rompe y en justo en ese momento cuando el chillido del timbre anega las instalaciones de toda la preparatoria. Pestañeo al mirar como la punta de mi lápiz queda enterrada en la hoja y alzo la vista.

—Jóvenes el próximo miércoles tendremos nuestro primer parcial del nuevo lapso escolar —anuncia la profesora al tiempo que toma algunas hojas de su escritorio y las acomoda en una carpeta —, recuerden estudiar la guía.

A mi alrededor las personas guardan sus útiles escolares en sus bolsos. Cuando yo voy a proceder a hacer lo mismo una voz femenina proveniente de las bocinas que hay en cada salón y en los pasillos de la escuela empieza a hablar:

—Buenos días estudiantes y maestros, les habla la directora Lucia del Castillo, se les informa por este medio que ambos grupos del último año de preparatoria deben acercarse a la cancha principal de nuestra casa de estudios, en ese lugar se le notificará algo de suma importancia. Muchas gracias. —Concluidas esas palabras un chirrido agudo deja un profundo silencio en el aula.

Los estudiantes se miran entre sí con sus ceños marcados y otros resoplan con fastidio.

—No puede ser, quería salir de aquí y irme a fumar —se queja una voz desde atrás.

Madi que está sentada en uno de los pupitres de enfrente cuelga su bolso en su hombro y se encamina a mi altura. Tan pronto llega pone sus manos en mi mesa.

—Esta mañana te salude y me dejaste en visto —me reprocha.

Esta mañana llegué quince minutos tardes y al entrar al salón ni siquiera miré a mis costados.

Cierro mi cuaderno con el lápiz en su interior, abro el bolso y lo guardo.

—No te vi.

Puedo sentir como sus ojos grises se afincan sobre mí.

Maravillosa Destrucción| Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora