Segunda parte de "Perfecta Destrucción" y último libro de la bilogía «Destrucción».
"Yo no estaba preparada para él, y, en realidad, nadie podía estarlo, ninguna persona estaba preparada para experimentar algo como Hades Bach".
•✦•┈┈┈┈┈┈•✦• ❀ •✦•┈┈...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo Cinco: Preguntas
Los grandes ojos de la señorita Peterson me escrutan a través de las gafas circulares que descansa en el tabique de su nariz y una sonrisa excesivamente radiante se ensancha en sus labios, dejando en el aire la pregunta que hace pocos segundos, escapo de sus labios.
«¿Cómo has estado, Charlotte»
Hace menos de dos meses me encantaba escuchar esa pregunta, era como si en mi cabeza las personas se preocuparan por mí y en serio les importará mi estado de ánimo, pero ahora esa pregunta me hace sentir incomoda. Tal vez sea porque no he estado para nada bien.
Apoyo las palmas de mis manos a los costados de mis muslos e inhalo el suave olor floral que se extiende por toda la oficina.
—Bien, ¿y usted?
Sin apartar su atención de mí, ella acomoda sus antebrazos sobre el escritorio que nos separa.
—Bien, gracias por preguntar. Dime, ¿cómo ha ido tu vida en los últimos días?
—Bien.
Percatándose de que no me apetece hablar opta por echar su cuerpo un poco más hacia delante para que sienta aún más su cercanía y creo que quiere que la vea como un apoyo.
—Hablemos un poco de la relación que tienes con tus padres —propone.
Su sonrisa no se relaja en ningún momento, mas sin embargo, por alguna extraña razón me gusta la energía tan positiva que tiene.
—Mi padre murió hace un tiempo y mi relación con mi madre... —hago una pausa para reflexionar sobre lo mucho que me he alejado de ella y un nudo se comienza a formar en mi garganta —creo que estamos bien —completo.
—¿Extrañas a tu padre?
—Todos los días.
—¿De qué murió?
Siento que mis ojos me pican.
—Fue un infarto.
Un silencio absoluto nos envuelve hasta que ella lo interrumpe con una nueva pregunta:
—¿Has hablado como te afectó su muerte con algún profesional de la salud mental?
Recuerdo a Peter.
—Sí, mi madre tiene un amigo psiquiatra que también tiene un titulo en psicología y él nos ha atendido a mí y a mi hermano.
—¿Crees que él ha ayudado en que sobrellevas esa pérdida?
Lo analizo por un instante, sabiendo que Peter nos ayudó mucho en lo que fue el primer año de muerte de mi papá.
—Sí, gracias a él entendí muchas cosas y supe tolerar un poco mejor su muerte.
