|Once|: Música

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Capítulo Once: Música

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Capítulo Once: Música

Lanzo una mirada a través de una de las ventanas del salón que nos encargamos de limpiar para admirar el exterior. Los colores del cielo de un momento a otro se han tornado oscuros, las nubes que se contempla cargadas de gruesas gotas ahora se han vuelto gris y ya una cortina de agua ya cae afuera, empapado el cristal de la ventana. Se ha desatado un aguacero que hace mucho no nos visitaba.

—Parece que el cielo se vendrá abajo —habla el chico que me ha acompañado por horas en mi sanción.

Bajo los ojos de la furiosa lluvia y lo volteo a ver.

—Eso parece.

Estas horas de convivencia con Adriel me ha ayudado a conocerlo un poco mejor, es un chico con cosas que lo atormentan, pero en general considero que es una buena persona; encima, de que le encanta hablar sin parar. Mirar su apariencia te hace pensar que es de pocas palabras, mas no es así.

Empujo el palo de la escoba para sacar la basura de una de las mesas cuando el crujido de la puerta nos indica que alguien la ha abierto, en cuanto alzo mi vista me encuentro con ovalado rostro de la coordinadora Betania.

—¿Cómo van, chicos? —consulta, plantándose a unos cuantos pasos de la puerta.

Cojo aire por lo cansada que ya estoy.

—Bien, pero todavía nos faltan dos salones.

No tenía idea de que las aulas estuvieran tan sucias como en realidad están, es un trabajo cansón y que no parece tener fin. Mis respetos a todas las personas que hacen aseo.

Ella consulta la hora el reloj que se aprieta en su muñeca izquierda.

—Ya veo que se ha llevado más tiempo de lo acordado —constata, volviendo a arreglar sus manos a un costado de su cuerpo. —Por hoy se pueden retirar a sus casas, mañana al finalizar la jornada de clase culminan con los otros salones.

Echo un vistazo a Adriel, el cual ha cambiado de expresión drásticamente, está preocupado.

—Yo puedo quedarme para terminar —se ofrece sin pensárselo.

La coordinadora niega.

—Ya es bastante tarde. Ambos pueden irse a casa. —Nos hace un examen visual a los dos antes de preguntar —: ¿Entendieron?

Afirmo con la cabeza.

—Entiendo.

—Está bien —accede Adriel.

La señorita Betania nos sonríe de lado.

—Antes de irse por favor recojan todo. Nos vemos mañana.

Como movida por un resorte ella gira sobre su eje y sale del salón.

Tiendo mi mirada a Adriel. Un bufido sale de él.

Maravillosa Destrucción| Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora