Segunda parte de "Perfecta Destrucción" y último libro de la bilogía «Destrucción».
"Yo no estaba preparada para él, y, en realidad, nadie podía estarlo, ninguna persona estaba preparada para experimentar algo como Hades Bach".
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Capítulo Veintidós: Margareth
Me siento lanzada en el vacío, me es imposible reprimir un involuntario estremecimiento de terror tras la noticia que hace un segundo saltó de la boca de Kevin.
—¿Qué estás diciendo? —Estoy tan anonadada que esta pregunta brota en un susurro.
Se lleva las manos al rostro para luego arrastrarlas por su pelo.
—Amber se suicidó —repite, esta vez de forma más firme, aun así, no deja de escucharse afectado.
Quedo estupefacta al observar la feroz energía de abatimiento impresa en la mirada del chico que tengo a unos pocos pies. Incrédula me acerco a él, pero como si estuviese en automático retrocedo para volver a quedar en el mismo punto.
—¿Cómo qué se suicidó?
Las primeras lágrimas se asoman por sus ojos, debe parpadear para deshacerse de ella.
—Pasó está mañana. Me enteré porque su papá le dio la noticia al mío... —Niega con la cabeza de una forma desesperada —. Al parecer se ahorcó.
Subo las manos a mi rostro y con ella cubro mi nariz y boca. Estoy tan aturdida que no pasa ni un segundo cuando un extenso zumbido cubre mis oídos. Las piernas se me debilitan y cuando siento que voy a caer al piso las manos de alguien me sujetan desde atrás.
—¿Qué pasa? —investiga Madi mientras me agarra con más fuerza.
La mirada de Kevin se mueve por un momento al rostro de mi amiga para luego regresar a mirarme a mí.
—Estoy seguro de que ella lo hizo por todo lo que hemos estado viviendo.
Me tomo mi tiempo antes de responder, respiro, parpadeo y deseo con todo mi ser que todo esto sea producto de mi imaginación. Al cabo de un minuto, o tal vez dos, comprendo que todo esto es mi realidad, pese a que deseo salir corriendo y perderme de ella no tengo otra alternativa que afrontarla.
—Si...si ustedes no fuesen mentido todo esto sería diferente. —Mi voz sale a trompicones, así que debo recuperar la fuerza para hablar más claro —. Ustedes me hicieron creer que Hades había cometido algo que no hizo y por esa razón yo lo dejé —continuo cada vez en un tono más alto. Es aquí cuando me suelto del agarre de Madi y camino hacia Kevin. —Le hicieron daño, lo hicieron sufrir y con eso me destruyeron a mí...
—¿No me estás escuchando? ¡Amber está muerta! —Agita sus manos en el aire.
Freno mis pasos a una minúscula distancia de él y lo miro directo a los ojos, me enfrasco tanto en su mirada que al notar como una ligera contracción en los músculos de su cara me indican que puede percibir como estoy sufriendo desde que Hades se fue.
—Por su culpa Hades ya no está —suelto sin control y le apunto el pecho con el dedo —¡Por su culpa él se fue para siempre! —Aprieto mi mano en puño sobre su pecho —¡Todo esto es por su jodida culpa!
