Capítulo 2

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Shinichiro se despide de Wakasa con su mano libre viendo como conduce por la calle vacía, algo normal teniendo en cuenta que ya es de madrugada. Algo bueno de llegar tan tarde en la noche es que sus hermanos ya deben estar dormidos, por lo que no abrumarán al pequeño híbrido que observa el jardín del dojo con curiosidad.

La casa Sano es enorme, situada en medio de un precioso y típico jardín japonés que el propio Abuelo Sano lleva años cuidando. Hay dos edificios al lado de la casa principal, el dojo donde su abuelo daba clases de karate, y un contenedor metálico donde duerme el propio Shinichiro y donde dispuso su pequeño garaje donde arregla y cuida su moto y la de sus amigos.

―Esta será tu casa a partir de ahora. ―Shinichiro se queda quieto en el camino hacia su habitación en un edificio metálico a parte del familiar, mirando fijamente al zorro. ―Me acabo de dar cuenta de que no sé cómo te llamas.

―Takemichi. ―Susurra el zorro señalándose con su dedo índice. Shinichiro maldice en voz baja por lo adorable del zorro antes de seguir caminando hacia su habitación, dejando al híbrido sobre la cama antes de buscar en su armario algo para que pueda dormir Takemichi. Planea comprarle ropa al día siguiente después de visitar un médico especializado en híbridos y de registrarlo como suyo.

Shinichiro desviste al zorro rápidamente para que no pase frío y luego le pone la enorme sudadera que robó a Wakasa hace un par de meses. El joven mayor no puede evitar tomar una foto de Takemichi hundiéndose en la sudadera antes de enviárselo a Wakasa.

El zorro se acurruca bajo las mantas de la cama antes de caer dormido rápidamente, haciendo que Shinichiro no pueda evitar tomar algunas fotos más antes de dirigirse a la casa y tomar algo de comida de la cocina.

Al entrar en la cocina, casi se muere por segunda vez esa noche al ver a un pequeño gremlin comiéndose las galletas de Izana, pero al encender la luz, se da cuenta de que solo es Manjiro.

―Izana se va a enfadar cuando vea que sus galletas no están. ―Shinichiro se deleita al ver a Manjiro saltar asustado antes de ver que solo es él, parpadea lentamente como el idiota que es antes de encogerse de hombros y seguir comiendo.

―No es mi problema que no ponga el nombre en su comida. ―El Sano más mayor mira el paquete de galletas con el nombre de Izana en rotulador permanente negro. Shinichiro rueda los ojos antes de abrir el frigorífico y tomar los ingredientes para hacerse una cena tardía. Viendo a Manjiro, decide hacerlo para dos personas.

Ambos cenan en un cómodo silencio, tomándose los fideos, el arroz tamago kake y el tamagoyaki sin necesidad de hablar sobre nada, aunque Shinichiro sabe que tiene que contarle sobre Takemichi, aunque en sus planes prefería decírselo a sus tres hermanos al mismo tiempo y habiendo hablado previamente con su abuelo.

―He adoptado un híbrido de zorro. ―Suelta de la nada, maldiciéndose a si mismo por ser impulsivo. Observa a su hermano de reojo y parpadea sorprendido al ver que Manjiro está más ocupado con la comida que en escucharle. ―Manjiro, atiende. Te estoy diciendo algo importante. He adoptado un híbrido.

Manjiro lo observa unos segundos antes de asentir y robarle su tamagoyaki, luego se queda quieto y mira fijamente a Shinichiro.

― ¿Y cómo has conseguido el dinero? Eres pobre y todo tu dinero va a tu moto o a tu taller. ¿Lo has robado? Eres una mala influencia, aniki. Si tienes dinero para un híbrido entonces invítame a taiyaki alguna vez, no hagas que pague Wakasa. ―Shinichiro siente que su orgullo ha sido herido, pero es verdad.

―No he comprado nada, estaba sin hogar, así que le di uno. ―Se encoge de hombros y luego ve a Manjiro correr hacia el exterior de la casa principal, Shinichiro lo sigue, pero no tan rápido como debería dado a los años que lleva fumando. ― ¡Manjiro, quieto!

Su hermano lo ignora y entra en la habitación del Sano mayor, abriendo la puerta con una patada, despertando y sorprendiendo al zorro de golpe, quien busca la amenaza que lo ha sobresaltado, fijando su mirada en el joven de cabello rubio y largo antes de mostrar sus colmillitos más asustado que en pensar en atacar.

Manjiro parpadea unos segundos antes de acercarse a la cama y mirar los ojos azules y brillantes fijamente, luego sonríe y lo toma en brazos.

―Manjiro, ¿qué haces con Takemichi? ―Pregunta Shinichiro sin aire en el umbral, preocupado por el híbrido en brazos de su hermano, pero este lo ignora mientras trata de llevarse a Takemichi con él. ―Manjiro, no puedes llevártelo.

―Ahora Takemitchy es mío, así que me lo llevo a mi habitación. ―Dice Mikey mirando fijamente a su hermano mayor en desafío, con una sonrisa leve que esconde su irritación. Shinichiro no duda en golpear la frente de Manjiro, sacar al híbrido de sus brazos y echar al rubio de su habitación. ― ¡Aniki!

El zorro de ojos azules |TOKYO REVENGERS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora