Capítulo 6

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Wakasa sabe que ocurre algo cuando ve que tanto como Shinichiro como el pequeño kitsune parecen en tensión ante la aparición del amigo de Mikey. Takemichi parece estar conteniendo un pequeño gruñido que suena más asustado que amenazador, mientras que Shinichiro ha cambiado su rostro de sorpresa a uno sin expresión, recordándole a su hermano pequeño cuando está a punto de golpear a alguien.

—Takemitchy, ¿por qué gruñes a Baji? —Pregunta Mikey colocando al kitsune en su regazo, acariciándolo entre sus orejitas para relajarlo, pero este parece tenso y a punto de llorar, sus ojos azules casi desbordados por las lágrimas. —¿Takemitchy?

—Venía a hablar con Shinichiro-san. —Dice finalmente Baji, intentando centrar la vista en el hermano de Mikey en vez de en el pequeño híbrido que se aferra a la ropa de su amigo como si temiera a Keisuke.

Shinichiro asiente y hace un gesto para que Baji lo siga hacia el despacho del taller, lanzando una mirada preocupada a Takemichi, pues sabe porque está así, el pequeño híbrido presenció el atraco que salió mal.

—Manjiro, cuida de Takemichi. —Dice Shinichiro antes de desaparecer en el despacho, viendo como su hermano asiente, más centrado en frotar una mano en la espalda del híbrido para que deje de llorar.

—Wakasa, pásame un pañuelo de papel. —Dice Mikey, recibiéndolo enseguida, luego ve como el amigo de su hermano va hacia el despacho y entra sin tocar, dejándolo a solas con Takemichi.

Mikey no entiende muy bien la reacción del híbrido, pero sabe que algo debió pasar con su hermano y Baji. Aprieta el puño furioso, pero luego se relaja al sentir al híbrido asustarse por su furia. Entonces se percata de que Takemichi está hablando contra su camiseta, murmurando algo.

—Mucha sangre. —Finalmente entiende las palabras del kitsune y su mente se congela. ¿Baji intentó atacar a Shinichiro? No, no puede ser eso. Baji sabe lo que ocurre cuando alguien daña algo que es suyo, no sería tan tonto para hacerlo, ¿verdad?

Mikey se pone en pie, deja a Takemichi en la silla y camina hacia el despacho con la mente en blanco, pensando solo en enseñarle a Baji lo que ocurre cuando alguien daña algo suyo. Una manita se posa en la suya y deja de caminar, luego mira hacia abajo y ve al kitsune aún con lágrimas en los ojos aferrándose a su mano.

—Manjiro, no. —Susurra Takemichi y Mikey cae de rodillas ante su nombre dicho con tanta dulzura por el pequeño híbrido. Takemichi aprovecha estar a la altura del joven Sano y pasa sus brazos por su cuello para abrazarlo con fuerza.

Por primera vez en su vida, los impulsos de Mikey se disipan rápidamente, dejando solo espacio para el dulce kitsune que no lo quiere soltar e ignorando los gritos que resuenan en el despacho de su hermano.

El zorro de ojos azules |TOKYO REVENGERS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora