Capítulo 19

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Como la única persona responsable de la habitación, Kakucho lleva a Izana a la cocina para prepararle un té relajante para evitar que cometa un asesinato, y luego saca su móvil para llamar a Shinichiro, sabiendo que es el único que podrá calmar el lío lloroso que sigue en la sala de estar.

Al parecer, Takemichi es un llorón, y cada vez que sus sollozos resuenan, Mikey va perdiendo los nervios, generando una bomba que puede explotar en cualquier momento, y si a eso se le añade un Izana planeando una muerte, la cosa se vuelve más tensa. Por suerte, ha logrado alejar y relajar a su amigo. Pero no sabe cómo abordar al kitsune lloroso y al humano posesivo.

—No te preocupes, mientras Mikey pueda sentir a Takemichi en sus brazos no irá a cometer asesinato. —Dice Izana, y lo peor es que Kakucho no sabe si lo dice de verdad o es una broma retorcida al más puro estilo Sano. —Shin se ocupará.

—Vale. —Dice Kakucho sentándose al lado de su amigo y observando cómo Takemichi va quedándose dormido, debe estar agotado con tantas emociones y el haber corrido por medio Tokio. Mikey parece ocupado acariciando la espalda del kitsune a un ritmo lento y constante, mirando un punto fijo del suelo. —Parece que todo está bien.

—No lo está, lo que sea que haya generado que Michi se escapase y Mikey destrozara la casa sigue ahí. Esa mierda debe haber sido algo grande para que el pequeño huyera de su humano favorito. —Dice Izana, toma un sorbo de su té y se apoya en el hombro de Kakucho. —Y algo me dice que Shin sabe lo que es.

—¿Pero qué ha pasado aquí? —Exclama Shinichiro al entrar al jardín, casi corriendo al interior de la casa para jadear ante los destrozos. Observa rápidamente su entorno, y cuando ve que todos están a salvo, se acerca a Mikey Takemichi con cautela. —¿Manjiro, qué ha pasado?

Shinichiro se sienta en el suelo frente a su hermano y suspira al verlo tan destrozado porque Takemichi huyó de él. Al parecer, todo el asunto que quería arreglar sin problemas no ha salido para nada bien.

Debería haber sabido que su hermano actúa así siempre que se le mete algo en la cabeza. No debería haber hecho al híbrido mentir por él. Nunca debería haberlo metido en sus problemas. Es solo un niño.

—Asusté a Mitchy y le hice huir de mí en su forma animal. —Acaba diciendo Manjiro para sorpresa de Shinichiro, quien no se esperaba una respuesta en absoluto de su hermano. Lo que esperaba es que Manjiro se relajase y se marchase sin asumir su responsabilidad.

—¿Por qué se asustó? —Pregunta Shinichiro antes de comenzar a abordar el tema de la casa destrozada, no quiere pensar en ello, ya que si lo hace, su cerebro le llevará al peor escenario posible donde Manjiro lo destrozó todo persiguiendo a Takemichi y dañándolo.

—Me molestó una cosa que dijo y no reaccioné bien. —Manjiro finalmente levanta la cabeza y su hermano puede ver sus ojos rojos e hinchados, seguramente por haber llorado. —Casi hago daño a Mitchy. Yo... No sé qué me pasó. Cuando huyó, me enfadé tanto con él por dejarme que destrocé todo a mi paso, al aclararme un poco intenté llamar a Ken-chin para que me ayudase a buscar a Mitchy, pero había destrozado el móvil.

Shinichiro suspira, por lo menos su peor escenario posible no ocurrió, pero si esto sigue así, puede que Manjiro acabe haciendo una locura, por lo que se decide rápidamente a terminar con todo esto desde raíz.

—Estabais hablando sobre lo que le pedí que no te dijese para protegerte, ¿verdad?

—¿Cómo-

—Limpia todo esto y cuando termines, ven a mi cuarto, te contaré todo. —Dice Shinichiro, ganándose un cabezazo de su hermano que se puede traducir como un sí. Toma en sus brazos al pequeño híbrido dormido y antes de irse a su habitación con él, se gira hacia la cocina. —Buen trabajo, Izana. Buen trabajo, Kakucho.

La respuesta de Kakucho es mucho más animada que la de Izana, pero Shinichiro sonríe con cariño al ver como su hermano está creciendo y madurando. Sabe que si esto hubiera ocurrido un par de años atrás, Izana habría comenzado una pelea con Manjiro.

Todos están creciendo rápidamente, por lo que Shinichiro se da cuenta de algo, no puede seguir protegiendo a Manjiro de cosas que puedan causarle reacciones muy emocionales, debe enseñarle a como procesarlo de forma sana y correcta.

Al dejar a Takemichi en la cama, sonríe al ver como dormido se aferra a su cola peluda para abrazarla fuertemente, soltando ruiditos variados en sus sueños. Se sienta en la silla del escritorio y se pasa las manos por el rostro, frotando los ojos con cansancio.

No sabe cómo abordar la conversación, sus energías habían estado en evitar que Manjiro se enterase de lo ocurrido, pero ahora va a contárselo como si no supiera lo que va a intentar a hacer.

Aún así, debe tener fe en su hermano, pensando en que tal vez pueda reaccionar de forma madura, sabiendo lo que hace Takemichi cuando lo asusta con sus reacciones explosivas y violentas.

Una hora después, Manjiro entra en su cuarto y se sienta en el sofá que tiene su hermano en su cuarto, mirando cómo Takemichi sigue durmiendo apaciblemente antes de girarse y prestarle toda su atención.

—Bien, es hora de que hablemos.

—Estoy listo.

El zorro de ojos azules |TOKYO REVENGERS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora