Capítulo 33

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Takemichi observa como Mikey camina lenta pero seguramente hacia ellos, una mirada vacía que le pone los pelos de punta, pero sabe que no es por él, nunca correrá peligro si es por su humano favorito, sabe que esa mirada está dirigida a Hanma, quien no ha dudado en arrancar su moto y acelerar hacia la otra salida del callejón dando un giro cerrado en el pequeño callejón.

—No, mierda. —Gruñe Hanma y se ve obligado a frenar en seco cuando la otra salida es tapada por Draken y Mitsuya, ambos en la misma posición que Mikey, listos a darle una paliza a quien se ha atrevido a secuestrar a dos pequeños híbridos inocentes que no deberían ser tomados en cuenta en una peles de pandillas. En el otro lado, siguiendo a Mikey se puede ver a Baji y Smiley, este último con la sonrisa más espeluznante que jamás se haya visto. Todos parecen a punto de cometer un asesinato. —Pensaba que Kisaki había hecho un trato con vosotros.

—¿Quieres ver qué trato hemos hecho con Kisaki? —Pregunta Draken con una sonrisa que podría igualar a la de Smiley en cuanto a promesas de dolor. En cuanto pregunta, Mucho aparece arrastrando por la pierna el cuerpo inconsciente de Kisaki por el suelo, sin preocuparse mucho por si pasa por alguna mancha del suelo o acaba herido.

—Hijo de puta. —Hanma se ve tremendamente enojado, algo que nadie suele ver en él, ya que su personalidad siempre ha oscilado entre la indiferencia y las bromas tranquilas. Ahora se ve lívido al ver a Kisaki de esa forma. —Devuélvemelo o no dudaré en hacer daño a esta cosita temblorosa.

Hanma baja de la moto lentamente, la jaula aún bajo su brazo, sus ojos tratan de captar a todos los hombres que lo rodean, pero es claramente superado en número y va a tener serias dificultades para pelear, tomar a Kisaki y huir sin recibir algo de daño.

—No creo que estés en una posición para hacer tratos con nosotros, imbécil. —Gruñe Baji tronándose los nudillos y con ganas de golpear al tipo que se llevó a Chifuyu lejos de él. Puede estar tranquilo mientras le rompe cada hueso del cuerpo sabiendo que su gatito se encuentra protegido por Kazutora, Peh, Hakkai, Sanzu y Angry en el taller de Shinichiro.

Hanma busca una salida fácil, pero un golpe en su cabeza le hace parpadear unos segundos antes de caer de rodillas, la jaula cayendo con fuerza contra el suelo y haciendo que Takemichi grite asustado por el golpe. Aprovechando que Hanma ha soltado la jaula, todos se mueven en sincronía, casi todos para inmovilizarlo y golpearlo, mientras Mikey se apresura a tomar la jaula y sacar de ahí al kitsune tembloroso que no duda en aferrarse a su chaqueta con fuerza.

—Te tengo, estás conmigo otra vez. —Susurra Mikey contra el cabello de Takemichi, entre sus orejitas puntiagudas que parecen temblar al igual que los puñitos que se aferran con fuerza a su chaqueta de comandante. Mikey sabe que el kitsune está llorando desconsolado, así que se apresura a abrazarlo con más fuerza y alejarlo del baño de sangre que está ocurriendo en el callejón.

Takemichi se mantiene en silencio, aferrado con fuerza a su humano favorito mientras este camina fuera del callejón, justo hacia la tienda de Shinichiro que está relativamente cerca, solo a unos diez minutos pese a que se sintieron horas cuando vinieron a buscarlo.

—¿Fuyu está bien? —Es lo primero que pregunta Takemichi en el camino hacia su destino, y Mikey resopla ante su kitsune, siempre más preocupado por los demás que por sí mismo. —No lo he visto.

—Está bien, está esperándonos en la tienda de Shin con los demás. —Murmura Mikey y vuelve a besar la cabecita de Takemichi. No sabe qué haría si lo pierde, pero siente que algo muy malo, tal vez sus impulsos lo consumirían por completo acabando con la persona que es ahora mismo.

Este pequeño zorro se ha convertido en alguien importante para él, y cuando escucha a Takemichi decir que él es su humano favorito siente su corazón más cálido, y muchas veces quiere responderle que él es su híbrido favorito en el mundo también, pero nunca lo ha hecho, porque siente que su Mitchy lo sabe.

Sus brazos rodean con un poco más fuerza el pequeño cuerpo aferrado a él y se permite sonreír finalmente desde que comenzó todo este problema. Pero con la sonrisa vienen sentimientos que ha estado guardando desde que supo que Takemitchy había desaparecido, por lo que se sorprende cuando comienza a sollozar en mitad de la calle.

Mikey usa una de sus manos para tocar su mejilla y darse cuenta de que está llorando. En mitad de la calle. Un sollozo más sonoro hace que Takemichi levanta la cabeza y observe sorprendido cómo su humano favorito mira la lágrima de su dedo.

—Está bien llorar, Mikey. —Susurra Takemichi antes de poner su manita sobre la mejilla húmeda de Mikey, sonriendo con sus ojos azules también llorosos, una visión que hace que el corazón de Manjiro casi explote de lo hermoso que es su pequeño kitsune.

Mikey abraza de nuevo a Takemichi y se quedan quietos en mitad de la calle, simplemente consolándose el uno al otro hasta que por fin deja de llorar. No sabe si ha llorado de alivio o por haber retenido y forzado a sus emociones a mantenerse ocultas, pero se siente mucho mejor.

El resto del camino se siente mucho más corto, y cuando abre la puerta del taller, son abordados y Mikey se ve obligado a bajar a Takemichi y dejarlo en el suelo por un pequeño gato que grita y llora por su amigo, desde insultos por sacrificarse a gratitudes por haberlo curado, todo ello con sus bracitos rodeando el cuerpo del kitsune.

Takemichi, siendo un llorón, también comienza a llorar, y todos ven a los dos híbridos gritándose tonterías mientras se mantienen abrazados y entre lágrimas. Hay alguna cámara tomando recuerdos del momento agridulce y algunos que simplemente sonríen ante la ternura de la imagen frente a ellos.

—¿Qué ha pasado al final? —Pregunta Shinichiro en voz baja, un brazo posado en los hombros de su hermano pequeño mientras ambos observan a los híbridos, intentando que nadie lo escuche.

—Los chicos se han quedado con los dos, seguramente pierdan algunos dientes y tengan algunos dientes rotos. Baji estaba tan furioso que no me sorprendería que intentase quemar algo también, por suerte está Mitsuya ahí, así que evitará muchos extremos. Creo. —Dice Mikey encogiéndose de hombros, quería participar en la paliza, pero después de ver a Takemitchy prefirió alejarlo de ahí y dejar a sus amigos la diversión de la venganza y de golpear a dos idiotas.

—Creo que no tienes en cuenta de que Mitsuya también ama absolutamente a Michi y a Chifuyu, una vez me dijo que veía a sus hermanitas reflejadas en ellos. —Dice Hakkai uniéndose a la conversación, claramente la persona que está tomando fotos de la enternecedora escena frente a ellos.

Todos se mantienen en el taller de Shinichiro esperando a que los demás vuelvan, cosa que ocurre un par de horas más tarde, todos ellos parecen haberse duchado y cambiado de ropa, nadie comenta el olor a sangre que aún se mantiene pegados a sus cuerpos.

—¿Todo hecho? —Pregunta Mikey mientras mira a Draken, quien da una pequeña afirmación con la cabeza y se apresura a sentarse al lado de Emma en el sofá que hay en la sala de descanso en la parte trasera de la tienda, donde todos están apiñados.

Mikey tiene a Takemichi prácticamente dormido en su regazo mientras cenan unas pizzas que Shinichiro ha pedido para todos, cenando juntos en su sala de descanso mientras charlan tranquilamente a causa de los dos híbridos durmiendo sobre sus humanos.

Finalmente en casa.



FIN

El zorro de ojos azules |TOKYO REVENGERS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora