Trabajando juntos.

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—La traficante de cartas a tu servicio.

—Hola genio, soy Luka, necesito que escribas una carta para Bel. Sí, de nuevo. Mañana es nuestro segundo aniversario y quisiera algo especial para darle junto a su presente.

¡Dios! Luka es tan predecible, a veces pienso que todas las cosas buenas de su relación me las debe a mí.

 —¿Lo usual?

—Oye... no sé. Tal vez algo mas... ¿fuerte?... mas... ¿sexy?

—Seguro —musito, mientras tomo nota en la mini-libreta del no-amor—. Entonces, ¿esta vez tu pago será cheque o tarjeta de regalo?

—Tarjeta de regalo —responde.

—Bien, ya sabes cómo enviarla. Tendré la carta mañana temprano en tu casillero, para que se la des personalmente. ¡Y feliz aniversario!

—¡Espera, espera! —grita. Me alejo el teléfono de mi oído—. No puedes enviársela tu misma.

Suspiro y medio gruño. ¡Tipos idiotas!

—Es tu aniversario —explico lentamente—. Si no se la das tú comenzará a sospechar de mí, quiero decir, tiene que parecer real y honesto, es su día especial, así que tienes que dársela en sus manos.

—Oh, está bien. Gra...

Le cuelgo antes de que pueda terminar la palabra.

Nathan, quien desde hace un minuto respira en mi cuello, creyendo que no lo noto, ruge como monstruo  intentando asustarme.

Musito un —loser— y camino delante de él hacia el salón de clase.

Camino tan rápido que lo dejo atrás. Observo cada lugar, cada rincón, ya que en caso de ver a Damon comenzaré a correr.

—¿Por qué sonabas tan... como lo digo para que no suene ofensivo... eh, jovial al teléfono? Eso no es algo natural en ti.

—Oye, estoy trabajando, ganando dinero honradamente, ¿cómo no sentirme feliz cuando el dinero es prácticamente tirado en mi dirección?

—Ahórrate el sermón falso. —Nathan pone su larguirucho y pesado brazo sobre mis hombros, algo que hace a veces a pesar de lo mucho que le he dicho que se detenga—. Matt me dijo que te vio ayer.

Ooookay, eso no me lo esperaba. Limpio de cara de cualquier rastro de preocupación y finjo mi más inocente sonrisa.

—Ah ¿sí? ¿Y qué te dijo?

Nathan rueda los ojos.

—Ciertamente no me declaro su amor secreto hacia ti, así que quita esa cara. Sólo  dijo que te encontró en el parque con Celeste Clark. Francamente, Jul. ¿Celeste? ¿La chica más popular de la escuela? La gente con secretos no puede llamar la atención. ¿Por qué simplemente no te consigues otra amiga. Tal vez ¿Ashley? de nuevo.

Ashley, mi mejor amiga desde los diez hasta los quince. Dejamos de hablarnos cuando ella descubrió que yo sabía que su novio Tim la estaba engañando y no le dije nada.

¡Tenía quince! Aun salía con chicos, a pesar de no creer en el amor. No quería arruinar su vida rompiendo su relación de ensueño, que era menos real que eso.

De cualquier manera, Ashley se mudó a otra ciudad sin perdonarme, lo que me hizo dejar de creer en las amistades entre chicas.

Bueno, hasta que Celeste se cruzó en mi camino y comenzó a forzar nuestras conversaciones.

—Celeste y yo no somos amigas —aclaro—. Somos socias. No te olvides de que ella sabe mi secreto... que es tuyo también.

—Sí, fuiste tan torpe.

Dicen que es A.M.O.RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora