El ultimo día de suspensión recibo la visita de Celeste quien sospechosamente llega después de que Jules sale de casa. Lo cual explica como entró y el silencio que presidió al momento cuando la puerta se cerró de golpe.
Ella me observa con ojos entrecerrados mientras se queda de pie en medio de la puerta entreabierta.
—Estaba esperando encontrarte destrozada —dice.
—Gracias por los buenos deseos. —Le respondo, dejando de lado la tablet y quitándome los auriculares, donde la música suave de Bon Jovi hace su presentación diaria.
Celeste pone las manos en su cintura y avanza lentamente. Este día para mi sorpresa, está usando jeans gastados, zapatos tenis y una camiseta rosa sin ningún cristal. Su cabello rubio está recogido en una coleta y... vaya, no está usando maquillaje.
—¿Te sientes bien?— inquiero.
Ella rueda los ojos en lugar de responderme.
—Las chicas vienen en camino. Veníamos a invitarte a un picnic, pero no estoy segura de que vayas a aceptar.
—¿Por qué? ¿Matt va a estar ahí?
—De hecho sí.
No es como si el recuerdo de Matt me lastimara de repente, me puse la tarea de evitar pensar en él la última semana. He tratado realmente duro de no recordarlo, lo cual resultó abominablemente imposible porque no he dejado de hacerlo un segundo y a demás he comenzado a sentirme culpable.
—¿Y puedo saber con qué objetivo lo invitaron?
—Ninguno. Quiero decir, durante el tiempo que nos has ignorado hemos estado saliendo...
—¿Tu y Matt?
—¡OhDiosmiono! Las chicas y ellos. Matt, Nathan y Dean.
—¿Oh si? ¿Han estado saliendo con los nerds?
Celeste se encoje de hombros.
—Son... entretenidos.
¿Entretenidos? Ese el mejor no insulto que he escuchado sobre ellos.
Me pongo de pie, saltando entre la cama y el escritorio y busco una nueva camisa en el armario.
Antes de que Celeste llegara me había duchado y medio maquillado, con colores oscuros, lo cual he descubierto que me gusta. Estoy usando mis jeans negros favoritos y botas de piel falsa. Ahora solo necesito una camiseta blanca que me quite el look de gótica y estoy lista.
—Entonces... ¿Irás? —El seño de Celeste se frunce y ella comienza a morderse la uña de su dedo índice.
—Claro, ¿por qué no lo haría?
—Es que... Matt...
Le quito importancia con una mano. —Tranquila. Ya lo superé.
Justo entonces Becca y Val hacen su entrada triunfal. Gritando desde la sala.
—¿Hay alguien en casa? La puerta está abierta. —Esa es Becca.
Celeste aun me observa detenidamente, me encojo de hombros y la tomo del brazo para llevarla de vuelta a la sala.
La chicas estas vistiendo igual que Celeste: jeans ajustados, tenis y camiseta rosa. Ruego para que ninguna me sugiera cambiar el color de camisa porque eso jamás va a suceder y no las quiero defraudar tan pronto.
—Oye, esperaba verte destrozada —comenta Becca.
Val la golpea con el codo y ambas se ríen.

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Dicen que es A.M.O.R
HumorJulieta Kloss no cree en el amor... O eso es lo que ella dice. En el Instituto San Javier tiene una identidad secreta conocida como La Vendedora de Romances, una traficante de cartas. Aunque solo dos personas conocen la verdadera identidad de La Ven...