Capítulo X

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Anthony caminaba por los pasillos, mientras tarareaba alguna canción.

Se encontraba de buen humor.

«Anoche, fue fantástico» pensó Tony recordando cómo había sido follado en su propio escritorio y después, había terminando en las sábanas de su habitación.

Steve Rogers, era el compañero que todo el mundo deseaba. Atento, cuidadoso, calmad-...

—¡Por fin te apareces, Stark! —exclamó la voz de Clint, interrumpiendo sus pensamientos.

El arquero había salido de una habitación junto a los demás Vengadores.

—Menos mal, ya estás aquí. —añadió Natasha con un suspiro—. Tienes que controlarlo.

—Sí, hermano. —continuó Thor tocándose la mejilla adolorido—. Nunca pensé que el Cap, fuera tan territorial.

Anthony alzó una ceja y se apartó de los demás para ingresar hacia la habitación.

—¡Cuidado, primor! ¡Sabe dar unos buenos golpes! —exclamó el Dios antes de irse.

Tony rodó los ojos con diversión.

—Pff, como si Steve fuera capaz de-...

—¿Qué fue lo que dijo? —cortó Steve con la mirada iracunda—. ¿Acaba de decirte "primor" al frente mío? —preguntó con la intención de salir de la habitación.

—Alto ahí, soldado.

Steve volteó a mirar al Omega de brazos cruzados y bajo la mirada sintiendose regañado.

—Perdón, no sé que es lo que me pasa. —soltó el rubio tocándose la cabeza—. Estoy teniendo cambios de humor... Me irritó muy rápido y con la constante voz de mi Lobo en mi cabeza. Es sofocante.

Anthony asintió, entendiendo a la perfección lo que quería decir.

«Tiene que aprender a controlar a su Lobo, como si fuera la primera vez» pensó.

—Tranquilo, cap. —dijo el Omega acercándose—. ¿Quieres que vayamos a otro lado? Hay que posponer la reunión y mandar al carajo las responsabilidades por un segundo, ¿vale?

Steve río y negó con la cabeza.

—No sé que haría sin ti. —dijo el Alfa abrazando al castaño—. Hagamos lo que quieras.

Anthony sintió sus ojos brillar. Era la oportunidad que quería desde hace un tiempo.

—Entonces, vamos a una cita.









Steve miraba con devoción al Omega que sonreía y reía al ver a unos niños jugar en el parque.

—Pensé que iríamos a algún lugar extravagante. —dijo el soldado tomando sus manos—. Al fin y al cabo, es nuestra primera cita.

Tony asintió, sin dejar de ver el panorama.

—En realidad, si tenía planeado algunas ideas sobre a dónde ir. —confesó el castaño sentado a lado del Alfa—. Pero, ¿qué hay de especial en gastar mucho dinero en lugares lujosos? ¿Eso demostraría lo mucho que me interesas?

Steve sonrió y negó con la cabeza.

—Lo único importante, es pasar el tiempo juntos. —continuó Tony encogiendo los hombros—. Además, también es la primera vez que vengo a un parque lleno de niños que juegan a matarse con ramitas de árboles. —rió, volteando a verlo—. Así que también es especial para mí, estar aquí contigo.

El Alfa sintió un calorcito instalarse dentro de su pecho.

—Gracias, Tony. —respondió besando sus nudillos—. No sé si algún día te podré compensar todo lo que has hecho por mi.

El Omega sonrió y volvió a coger su vasito de café.

—Solo quédate a mi lado. —susurró, desviando la mirada.

Steve, gracias a las cualidades de ser un Alfa y un súper soldado, pudo escucharlo claramente.

—Claro que lo haré. —prometió, acercándose para rodear sus brazos alrededor del Omega.

No obstante, Tony sintió una calidez demasiado notoria.

—Quizás son suposiciones mías o estás demasiado caliente. —dijo Tony tocando la frente del contrario—. Desde que salimos del Complejo, te he sentido así.

Steve se encogió los hombros.

—Creo que solo estoy un poco acalorado. —dijo con una sonrisa—. ¿Vamos por unos helados?

Anthony asintió no muy convencido. Después de caminar un poco más por el parque, decidieron volver al piso del Omega.

Al llegar a la Torre, Tony supo que algo estaba yendo mal.

—¿Puedo usar la ducha? —preguntó Steve quitándose la camisa, sudoroso.

El Omega asintió, siguiendo con la mirada al soldado que caminaba con cuidado por los pasillos.

—Siento que estoy pasando algo por alto, pero no sé que es —dijo en voz alta, yendo hacia su sofá.

"Señor, los resultados de los chequeos médicos de cada mañana del Capitán Rogers están listos" avisó la IA.

—Okey, proyectalo. Jarv. —dijo Tony con una mano en la mejilla.

Las imágenes se mostraron ante los ojos del castaño y Tony no vio nada fuera de lo normal.

—Es lo mismo que todos los días. —dijo suspirando.

«Siempre se repiten los mismos síntomas. Calor corporal, los nervios un poco alterados y el cerebro con un poco más actividad de la normal» pensó Tony sin tanta importancia.

Estaba a punto de cerrar las ventanas digitales, cuando una fugaz idea apareció en su mente.

—Jar, muéstrame un gráfico de todos los resultados del Capitán hasta ahora. —dijo levantándose.

"Como desee, Señor" respondió la IA.

Anthony observó con horror que los todos síntomas estaban desde el principio, sin embargo que cada día se volvían más intensos y notables.

—Como no pude darme cuenta... —susurró el Omega llevándose una mano hacia el rostro—. Steve está presentando claras señales de-...

Un ruido en sordo se escuchó proveniente de dónde estaba el rubio.

—¡¿Capitán?! —exclamó Tony yendo hacia el baño.

No obstante, la escena que presenció confirmaron todas sus dudas.

Steve Rogers se encontraba desnudo y agitado, sobre el suelo de la bañera con la mirada perdida.

—...el Celo Alfa. —concluyó Tony al sentir las fuertes y pesadas feromonas inundar el lugar.

Delta ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora