Capítulo XV

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—¿Cómo te sientes últimamente?

Steve se removió incómodo en el sofá del consultorio. Todavía recordaba la última vez que estuvo yendo a las sesiones de terapia.

Había tenido una crisis.

—Siento que estoy más calmado, especialmente cuando estoy junto a Tony. —dijo Steve con una sonrisa tímida—. Todo es gracias a él.

El beta sentado al frente suyo, alzó una ceja.

—¿Ameritas los progresos de tu tratamiento y el avance de tu vida en sí... a tu pareja? —preguntó el psicólogo audaz.

El Alfa lo miró confundido y asintió.

—Claro, Tony Stark es la persona que más me ha estado ayudando. Antes de conocerlo, no era nadie. —respondió sincero—. No tenía una manada, compañeros, ni a mi propio Lobo interior. Todo es gracias a él. —volvió a repetir.

El terapista soltó un suspiro, mientras anotaba en su libreta.

—¿Hay algún problema con ello? —preguntó Steve sin entender y comenzando a molestarse—. Usted no lo entiende. Tony es mi Omega, mi pareja y la persona que lleva un cachorro de los dos dentro su vientre. ¡Y es solo mío!

El Alfa no supo en qué momento comenzó a enseñar los colmillos. Sin embargo, detuvo sus acciones cuando cayó en cuenta de ello.

—Perdone, todavía no me puedo controlar muy bien. —se disculpó avergonzado.

—No hay problema, pero tendremos que comenzar a hablar de la nueva dependencia que ha formado. —dijo el Beta directo y con la mirada firme—. Es muy común buscar una manera más rápida de superar los traumas psicológicos. No obstante, puede llegar a ocasionar problemas a su pareja en un largo plazo. —pausó para hablar con total seriedad—. Si es que llegará a desarrollar tendencias obsesivas y una absoluta dependencia emocional.

Steve se paró del asiento, confundido.

—¿Dependencia? ¿A quién?

—A Tony Stark, obviamente. —concluyó el psicólogo de manera simple.







Steve caminaba por el complejo, aún con las palabras del Beta en su mente.

¿En verdad, estaba siendo dependiente de Tony?

A veces, sentía que la ayuda del Omega era necesaria para su vida. Aún siendo la sola presencia del castaño, lo ayudaba a reconfortarse. ¿Era tan malo?

—¿Le causaría problemas a Tony..? —preguntó en voz alta.

Un pequeño empujón en la espalda del Alfa, hizo que saliera de sus pensamientos.

—¿Por qué me darías problemas? ¿Mi Capitán? —preguntó la voz divertida y cariñosa del Omega.

Steve sonrió de manera instantánea.

—Estaba yendo a buscarte. —dijo el Alfa tocando la mejilla del contrario —. Acabo de regresar de la sesión con el psicólogo. ¿Cómo estuviste? ¿El mini-Stark se portó bien?

El Omega se rió con ganas.

—Es un mini-Rogers. —contestó con decisión —. Quiero que sea una pequeña versión tuya, aunque es más quisquilloso que yo. ¡Casi me hace vomitar en la sala de reuniones! ¡Es malvado!

Steve negó con la cabeza divertido.

—¿Les dijiste a los demás..?

—No. —respondió rápidamente Tony con una sonrisa nerviosa—. Te estaba esperando para ir a anunciarles a los Vengadores sobre mi embarazo. Los dos juntos. —dijo enrollando los brazos alrededor del Steve—. C-creo que así no será tan aterrador como pienso.

El Alfa depósito un pequeño beso en la cabellera del castaño y asintió con calma.

—Vamos, entonces.

«¿Qué tan malo sería depender de la persona que más quiero?» pensó Steve sin todavía entender.

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